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Mis canciones favoritas (segunda entrega)

Hace algunos años quise hacer una playlist en Deezer que incluyera mis diez canciones favoritas. Enseguida vi que diez iban a ser pocas, así que amplié aquello a quince y llamé a la playlist Golden15. Todavía se llama así, pero no tiene quince canciones, tiene (hoy) más de 250.


Más de 250 canciones. Esta es la segunda entrega de mis canciones favoritas.

Heart of gold, de Neil Young.

Los rancheros, de Adam & The Ants.


Te quiero ahora, te quiero luego
, de Miqui Puig.

Refugee, de Tom Petty and The Heartbreakers.

Roam, de The B-52’s.

Just another night, de Ian Hunter.

Towers of London, de XTC.

Local girls, de Graham Parker and The Rumour.


Power in the darkness
, de The Tom Robinson Band.

Delicate, de Terence Trent D’Arby.

It starts and ends with you, de Suede.

Th shoop shoop song, de Cher.

Be my light, be my guide, de Gene.


Treaty, de Leonard Cohen.

I wanna be adored, de The Stone Roses.

Alive, de Pearl Jam.

Desire, de Ryan Adams.

Por ti, por mí, de La Granja.

Bailaré sobre tu tumba, de Siniestro Total


Divina
, de Radio Futura.

Evil ways, de Santana.

Tatuaje, de Rocío Jurado.

Ashes to ashes, de David Bowie.

Under pressure, Queen & David Bowie.

Estamos desesperados, de Ramoncín.

A love so beautiful, de Roy Orbison.

Bohemian Rhapsody, de Queen.

No sé por qué, de Alaska y Los Pegamoides.

Reach out i'll be there, de Four Tops.


Dream lover
, de The Vaccines.

Steady as she goes, de The Raconteurs.

Broken, de Jake Bugg.

Accidente, de Kikí d’aKí.

Little black submarines, de The Black Keys.


Iron Lion Zion
, de Bob Marley.

Honesty, de Billy Joel.

You’re the first, the last, my everything, de Barry White.

Reír y llorar, de Kiko Veneno.

Hide in your shell, de Supertramp.

No hay nada como tú, de Esclarecidos.

La balada de Kaen Quinlan, de Glutamato Ye-yé.

Aquella chica, de La Mode.

One, de U2.

Sexual healing, de Marvin Gaye.

It ain’t over till it’s over, de Lenny Kravitz.

Total control, de The Motels.


Fistful of love
, de Antony and The Johnsons.

No puedo estar mejor, de Desperados.

Frederick, de Patti Smith.

[le tengo escrito un poema a esta mujer, este:

A Patti Smith la conocí en mi casa

o en la de alguien donde hubiera un tocadiscos

poniendo en marcha el mecanismo del desasosiego

con el que Lorca habría querido alimentar

los pájaros que desabrocharon el traje que llevaba puesto

cuando lo convirtieron en el más hermoso muerto

de la Granada de agosto.

A Patti Smith la escuché llegar silenciosamente

a la novela en la que Cuca es mucho más que mi madre

y Suances resplandece en una tranquilidad innecesaria

sobrevolando cada palabra mía con la lentitud de los mares

como si bailara llena de futuro en ese pasado suyo

donde miles de mis antepasados quedaron apresados

en un presente de redes y peces.

A Patti Smith nadie la debería escribir un poema

y mucho menos yo.

Por eso esto tampoco es un poema.

Que bien lo saben los poetas que sí los escriben

cada vez que deciden acertarle en el corazón a dios.]

Ainsi soit-il, de Louis Chedid.


Te debo un baile
, de The New Raemon.

Que tinguem sort, de Lluís Llach


 

                    continuará

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