Roy Orbison
“Con Roy no sabías si estabas escuchando ópera
o a una banda de mariachis. Te mantenía alerta, todo en él era muy muy
visceral. […] Había canciones dentro de sus canciones. Pasaban del modo menor
al mayor sin lógica alguna. Orbison iba muy en serio, no se andaba con niñerías
ni con pinitos de novato. En la radio no había nadie como él.”
Bob Dylan
Padre, … me dices que baje la música, me
despiertas diciéndome que han matado a John Lennon, me pides que vaya a hablar
con una profesora de mi hermano, escuchas a Roy Orbison, me pides que vaya a
hablar con una profesora monja de mi hermana, vemos a Roy Orbison, envejeces,
te bajo a dar un paseo, te ducho, te regaño, me das las gracias, toses…
Madre,… intento imaginar lo que te pasa ahora por tu
cabeza tan desmemoriada mientras resuelves ensimismada la sopa de letras que
tienes entre manos y papá dormita a tu lado escuchando la radio a través de sus
auriculares con la tele encendida y Roy Orbison sonando suavemente en su
radiocassette y el periódico cayéndosele de las rodillas porque la ley de la
gravedad se impone y ya no puede aguantar más con sus malas noticias a cuestas
y su realidad de frenopático.
Las baladas infinitas de Roy Orbison,
esa espléndida raza de dioses que arañan la ciudad con guitarras y las teclas
de un piano de ámbar y platino relucientes en los cristales de las gafas de
Roy Orbison…
En las canciones de Roy Orbison las guitarras suenan a
latidos antes del amor, en las canciones de Roy Orbison nada es como está
siendo el mundo mientras las oímos, en las canciones de Roy Orbison suenan los
violines para recordarnos donde dormíamos la siesta aquellos veranos, en ellas
creemos reconocer la voz con la que nos dijeron las primeras palabras que
escuchamos.
En las canciones de Roy Orbison vibra cada instante mortecino
y aquietado en el que quisimos ser felices, cada densa sensación de alivio tras
la pérdida o el abandono.
En las canciones de Roy Orbison todo maravilloso misterio
cobra su sentido atmosférico con la suavidad del fuego helado que abastece la
querencia de los cielos.
Las canciones de los Beatles, las canciones de Elvis y las
canciones de los Stones, las de Roy Orbison y las de mi madre: handle with care.
A love so beautiful, you’re the one, only the lonely. It’s over. In dreams.
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