Yo fui editor de novelas y de cuentos, de ficción que le dicen. Y qué ficción más ficticia la ficción . No sé por qué lo llaman ficción si en la ficción hay más realidad que en el deseo de los ensayos y que en toda la literatura gris de los informes de los despachos sin alma ni almo. Yo edité el norte de África de los sueños de Barce y el tiempo de cerezas de Lou, de Lourdes. Yo edité los misterios valencianos de Cristina y David, y los cuentos sin cuento de Justo de apellido Serna , y la novela en la que sale Franco hecho un dictador español que escribió César Gavela desde su altura monumental. Yo edité el Autorretrato del Gran Gavilanes y los cuentos gamberros de Martínez Hoyos (que esperan ser tus ojos como el blues de abril de Mariano Antolín Rato ). Yo edité a Santa Teresa, ¡cómo te quedas?, con la ayuda de un intermediario llamado Germán y con la de mi amiga valenciana Maris Bou Arrué . Y yo edité los mares de San Juan y los recuerdos ficticios de la realidad de Roberto...
Tengo siete libros publicados, también escribo mi segunda novela. Me gusta (mucho) Nacho Vegas, Jonathan Coe, Rodrigo Sorogoyen, MARGA y reírme. Dijeron que era un agitador cultural, pero lo que prefiero ver escrito sobre mí es eso, que soy un escritor. Ibáñez escribe.