Superman
Tiene ya sus versos Superman, unos en los que sale con pantys y con las gafas de Clark Kent: vale para todo este superhéroe más falso que Judas, demasiado imaginario e imaginado como para ser poco más que un icono clásico y por tanto más viejo que el Matusalén de la Biblia, con menos gracia que una canción de El Fary; el caso es que no sé cómo alguien pudo confundirlo jamás con un avión o con un pájaro; menudo pájaro el menda, no el de los versos, que lo borda cuando borda esos versos suyos y esas prosas suyas de canalla cultivado en formol de cerveza y tabaco rubio, menudo pájaro el Superman, digo, siempre tan peinado y tan guapete, tan fornido y tan formidable en su traje para marcar de todo, en su darle la vuelta al mundo para que gire al ritmo de un Bien que él decide, qué sabelotodo, claro que no me extraña, viniendo del planeta de donde viene y escribiendo en el Daily Planet como escribe cuando se pone las gafas y se viste como una personita normal, como tú y como yo…
Los versos de que hablo son
estos, y son de Alberto Masa, que cuando no corre maratones a muerte en Bangkok
escribe poemas…
“Deseo de ser Clark Kent:
Superman juega con vidrios
de plastilina
a la orilla del mar
sentado sobre un neumático.
Al fondo, una alemana se
ahoga.
Superman intuye que la pobre
ha debido
de tragar agua salada a base
de bien
pero Superman pasa,
bastante tiene ya
con que al marido de esa
señora
al que percibe en una
tumbona
no le salga el Sudoku lo
bien que debiera.”
Esos son los versos buenos;
no te confundas.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.