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Hacks 4


La cuarta temporada de la serie estadounidense de televisión Hacks, estrenada en 2025, está a la altura de lo esperado y cumple muy bien como la afortunada continuación de esta comedia cinematográfica de corte clásico y de escritura absolutamente actual.

Sus diez episodios de una media hora de duración cada uno han vuelto a producirme esa sensación a medio camino entre el disfrute de algo genuino y de mucho mérito y el haber pasado un buen rato nada sencillo ni banal.

La crítica de serie televisivas Paloma Rando escribió en El País sobre la creación de Lucia Aniello, Paul W. Downs y Jen Statsky (basada en una idea de Katherine Kearns), interpretada espectacularmente por la veterana Jean Smart y la joven Hannah Einbinder que tenía gracia que la serie de 2025 que más veces la había puesto un nudo en la garganta fuera una comedia. Rando leyó en una ocasión que “el drama va sobre cómo los personajes cambian según sus circunstancias y la comedia sobre cómo los personajes, a pesar de sus circunstancias, nunca cambian” y nos explica que ella no dejaba de pensar en esa afirmación mientras disfrutaba de la cuarta de Hacks, “tanto en lo que la contradice como en lo que la suscribe”. Contradice la frase que la diva que es Deborah Vance (el personaje de Smart) acaba siendo capaz de renunciar a esa pose. La suscribe que Hacks es una comedia… pero también un drama. Un drama con maneras absolutas de comedia. Lo que es Hacks¸ no cabe duda, en sus cuatro temporadas, es el dibujo artísticamente cómico de la pugna entre lo joven y lo viejo.

Se ha escrito (Matthew Creith en The Wrap) que la serie sigue siendo “divertida y despiadada” como siempre, y no sé si es del todo así, despiadada digo. También que “nunca ha habido una serie mejor sobre la intersección del arte y el negocio” (Brian Tallerico en rogerebert.com). No sé si es la mejor, pero es buena, desde luego, muy buena haciendo eso que sabe, reírse (y hacernos reír) del arte (de la comedia) y del negocio (de la comedia).

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