Más allá del corazón de las tinieblas: Mindhunter


Las dos (espero que) primeras temporadas de la serie estadounidense de televisión Mindhunter me han parecido sencillamente fabulosas. Especialmente la segunda, que supera a la primera en intensidad (que ya es decir) y en agudeza argumental.

La primera temporada se estrenó en 2017 y consta de 10 episodios de una duración de unos 55 minutos cada uno. La segunda es de 2019 y sus 9 episodios duran a menudo algo más de una hora.


El creador es Joe Penhall y el más habitual de los directores de los 19 capítulos es David Fincher, los otros son Andrew Dominik, Carl Franklin, Andrew Douglas, Asif Kapadiau Tobias Lindholm. El autor del guion es Penhall (que en la segunda temporada no participa pero que escribe la historia en la que se basa cada uno de los guiones de la primera y que luego codesarrolla él mismo), junto a entre otros y principalmente Jennifer Haley, Mark Olshaker, Courtenay Miles, Joshua Donen, Dominic Orlando, Carly Wray o Doug Jung, basándose en el libro Mind Hunter: Inside FBI's Elite Serial Crime Unit, de Mark Olshaker y John E. Douglas (en Douglas se inspira el papel de uno de los principales protagonistas, el agente Holden Ford, un agente especial del FBI pionero de la Unidad de Análisis de Conducta, interpretado por Jonathan Groff).

La excelente música compuesta para la serie es de Jason Hill y la fabulosa fotografía de Erik Messerschmidt y Christopher Probst.


Como actores principales, a Groff le acompañan Holt McCallany, Anna Torv, Stacey Roca, Cameron Britton, Albert Jones, June Carryl, todos excelentes, como el resto del reparto.

Estoy muy de acuerdo con Chris Evangelista, que escribió para SlashFilm, que “la segunda temporada va más allá del corazón de las tinieblas”.


Mindhunter
combina magníficamente las claves de un thriller acongojante con las propias de una película de entretenimiento con la que conocer la realidad de una investigación compleja sobre el abismo mental donde se cuece el mal humano.


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