El cine de Javier Fesser es...


¿Hay algo más que la pura evasión cómica en la película Historias lamentables? ¿Qué diferencia hay entre el cine de Historias lamentables y su poder haber sido una miniserie de televisión con sus capítulos autoconclusivos pero no del todo? ¿Por qué nos reímos con tanta facilidad de la crudeza del sufrimiento de quienes son apayasados por los artistas?


Empiezo por decir que los ciento veintinueve minutos de la reciente película del siempre singularmente talentoso y experto cineasta del disparate y la placidez del desastre Javier Fesser (dirigida por él, quien la escribe junto a Claro García, recién estrenada en medio de este año 2020 tan necesitado de alegrías, aunque sean pequeñas como esta película no tan pequeña) me ha parecido divertida, en muchos momentos excelente y en definitiva una obra de arte cinematográfico lo suficientemente buena como para recomendársela a todos cuantos amen la comedia. Y el cine.

Historias lamentables le debe mucho de su mérito a su espléndida fotografía, la de Álex Catalán, y a sus actores, encabezados por cuatro que rayan a una altura descomunal, de gracia, saber hacer, contención estridente y humor artístico: Chani Martín, Laura Gómez-Lacueva, Alberto Castrillo Ferrer y también Matías Janick.

[...]

Una película fesseriana, reconocible. Ya sabes, si no te gusta el cine de Fesser, ni te molestes. Pero si eres fan, si eres fan no te arrepentirás de reírte viéndola.


Este texto pertenece a mi artículo ‘Las historias lamentables del cineasta Javier Fesser’, publicado el 23 de noviembre de 2020 en Nueva Tribuna, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.


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