Frío es la mejor canción de la historia de la música (pop) española

El Matadero (su nombre hoy es Matadero Madrid) está en mi barrio, estuvo a punto de ser una ruina… Y, entonces, a mediados de la década de 1980, el grupo madrileño Alarma!!! lo redimió grabando el videoclip de la mejor canción de la historia de la música (pop) española, la canción Frío.

El grupo de rock Alarma!!!, que se iba a llamar en sus comienzos FBI, se mantuvo en activo entre 1983 y 1986. Lo componían Manolo Tena, que cantaba y tocaba el bajo, el guitarrista Jaime Asúa y el baterista José Manuel Díez. Tena y Díez provenían de una banda considerablemente importante pero de poca pegada comercial, Cucharada (1977-1981), donde también había colaborado esporádicamente Asúa.

De Alarma!!! escuché muchas veces que era un grupo demasiado heavy para los modernos y demasiado moderno para los heavies (como afirmara el propio Manolo Tena).

Alarma!!! publicaron dos elepés, ambos producidos por Carlos Narea: uno con su propio nombre, en 1984; y En el lado oscuro, un año posterior. En este último, incluyeron entre sus nueve canciones la maravillosa Frío, compuesta por Tena (que la escribió) y Díez (responsable de la música), que apareció asimismo como el primer single extraído del álbum, con Cansado de esperarte en la cara B (de Tena y Asúa). Un single, cuya cubierta, como la del elepé al que pertenecía fue dibujada por el historietista e ilustrador español Federico del Barrio.

¿Cuántas veces habré escuchado Frío? Desde aquel año 1985 calculo que no menos de mil veces. Lo digo a voleo. Pero no por decir.

 

El reloj de la suerte marca la profecía

Deseo angustia, sangre y desamor

Mi vida llena y mi alma vacía

Yo soy el público y el único actor

Las olas rompen el castillo de arena

La ceremonia de la desolación

Soy un extraño en el paraíso

Soy el juguete de la desilusión

Estoy ardiendo y siento

Frío

Grito los nombres pero nadie responde

Perdí el camino de vuelta al hogar

Sé que estoy yendo pero no sé hacia donde

Busco el principio y solo encuentro el final

Las olas rompen el castillo de arena

La ceremonia de la desolación

Soy un extraño en el paraíso

Soy un juguete de la desilusión

Estoy ardiendo y siento

Frío, frío

Frío, frío

Termina el sueño, suena el disparo

Soy el delirio, soy la confusión

Soy solo un verso que está equivocado

Mientras la muerte deja caer el telón

Las olas rompen el castillo de arena

La ceremonia de la desolación

Soy un extraño en el paraíso

Soy un juguete de la desilusión

Estoy ardiendo y siento

Frío, frío

Frío, frío

Frío, frío

Frío, frío

Frío, frío

 

Hermosa es la versión que hicieron Los Secretos de la maravilla compuesta por Asúa y Tena en 1991 para su elepé Adiós tristeza. Es una canción habitual en el repertorio en directo de muchos músicos españoles. No es de extrañar.

Es magnífica la disección que hacen en LaFonoteca de ese himno roquero invencible (“maldito himno generacional”) tan profundamente humano por lo desolador y hermoso. Leemos sobre Frío en esa página:

 

“Una oda ácida y desesperada contra los reveses de los días, la droga, la soledad y el miedo, nunca superados. […] Poética visceral […]. Asúa araña las cuerdas, las hace tropezar, las estrangula; mientras Díez crea castillos de arena con los platos y platillos, quiere ser solemne pero en el estribillo tropieza, es humano, jodidamente humano, quiere escuchar, dejar espacio suficiente para sentir ese dolor. Tena es perfecto, es su historia, su maldición, le pertenece, hay indefensión pero hay valor en su voz agrietada. Andy Hamilton toma relevo al saxo con un llanto lorquiano […]. Esta canción es atemporal, atraviesa contextos y geografías y derrocha una pasión herida de muerte: que la victoria no es proporcional al esfuerzo, a la verdad sufrida, candente; que la victoria es caprichosa y cruel, que la verdadera victoria, al fin y al cabo, empieza y termina en uno mismo, en sus modos y metas y con Frío lo lograron infinitamente, […] ese Frío que nos ha dejado empapados, atónitos; en realidad nada casa con Frío sino más Frío”.