Ir al contenido principal

Oriol Pla se pone en la piel de Javier Giner en la espléndida Yo, adicto

La serie española de televisión Yo, adicto es una muestra excelente de la categoría artísticas de las series que se graban en mi país en los últimos años. Para la prestigiosa web FilmAffinity es la tercera mejor serie de 2024, el año de su estreno, y la cuarta mejor de todas las españolas estrenadas hasta la fecha (abril de 2025 cuando escribo esto). Curiosamente, la segunda, Patria, comparte responsable con Yo, adicto, el cineasta Aitor Gabilondo.


Gabilondo es creador, junto al principal artífice de este prodigio, el cineasta y dramaturgo Javier Giner, autor del libro autobiográfico del mismo título publicado en 2021 en el que se basa la serie. Ambos la dirigieron (junto a Elena Trapé) y ambos la escribieron (junto a Alba Carballal y Jorge Gil), siguiendo ya digo el libro del propio Giner.


La espléndida fotografía corrió a cargo de Diego Dussuel y la portentosa interpretación del protagonista, ese remedo de Javier Giner, fue obra de un inconmensurable Oriol Pla (de lo suyo dijo Luis Martínez en El Mundo que “no es tanto una interpretación al uso como una reinterpretación de una brillantez sin medida”), maravillosamente acompañado de un elenco de actores encabezado por Nora Navas, Marina Salas, Itziar Lazkano y Ramón Barea, todos brillantísimos. No exagero. No lo hago cuando escribo sobre lo que me gusta.


Este drama al que no le falta una habilidosa dosis de comedia dedicado a una experiencia de vida narcoadictiva y redención y descubrimiento de uno mismo, este viaje desde el abismo hasta los balbuceos de una vida auténtica es un prodigio narrativo y visual de máximo nivel repleto de enseñanzas y entretenimiento inteligente.


Me uno por entero a lo que Laura Pérez escribió de la serie en Fotogramas, a que es “una obra monumental que consigue eso tan difícil a lo que aspira toda ficción (por muy autobiográfica que sea): que los personajes te importen, que los quieras y que desees con todas tus fuerzas que les vaya bien”.  

Es bastante cierto que “Giner se desmarca del mero descenso al infierno de la droga y lo convierte en algo mucho mejor”, como le leo a Alberto Moyano en El Diario Vasco.

Yo, adicto es “una serie tan devastadora como valiente y por momentos hermosa, un viaje desde la oscuridad a la luz, que, desde el retrato de la enfermedad que es la adicción, habla de lo que nos conforma a las personas por dentro”: lo dice Júlia Olmo en Cineuropa y lleva mucha razón.

Sus seis capítulos de en torno a los 45 minutos de cabalísima duración cada uno son algo que no deberías perderte. Créeme.

Comentarios

Grandes éxitos de Insurrección

Échame a mí la culpa, (no sólo) de Albert Hammond; LA CANCIÓN DEL MES

Los cines de mi barrio (que ya no existen)

Dostoievski desde el subsuelo