El verano ha ido cayendo por una pendiente, ¡cuánto menosprecio! ¿Soy yo el único que siente un dulce malestar? Por eso, muchacho, te digo que mejor te detengas. Un instante.
El otoño llega tan veloz que es un corte de
pelo infernal, su cambio de colores no supuso en absoluto cambio alguno. Tal
vez pasaran las horas, tendremos de vigilar este reloj de arena.
¡Oh, qué momento tan extraño para estar vivo!
Ya no nos quedan límites que traspasar en
este globo de nieve olvidado de Dios. Continuamos, seguimos… No obstante.
Sálvanos, Señor, de la tumba cuando todo florece.
Aquellas aves no pueden volver a casa. No puedo saber si todo sucede veloz o
lentamente.
Esa luz en el túnel… ¡Cuán insólito me hace
sentir! Esa luz en el túnel ha de ser un tren. Un tren…
¡Oh, Señor, qué momento tan extraño para
estar vivo!
¡Señor, qué momento tan extraño para estar
vivo!
¡Señor, qué momento tan extraño para querer únicamente
estar vivo!
A grandes rasgos —no niego haber puesto algo
(poco) de mi parte—, esto es lo que canta Early James en su portentosa What
a strange time to be alive, compuesta por él mismo (como compositor firma
así: Fredrick James Mullis, Jr., su verdadero nombre) junto a Austin Jenkins y
Rob Thomas. Estamos en 2022.
Early James, nacido en la estadounidense Alabama en 1993, lanzó su primer álbum en marzo de 2020 (peor momento imposible: ¿recuerdas?). Se titulaba Singing for my supper. Dos años más tarde publica Strange time to be alive, de la que forma parte, junto a otras canciones espléndidas, la maravilla con la que he abierto este texto. Los dos álbumes han sido producidos por el reputadísimo Dan Auerbach (miembro asimismo de los imprescindibles The Black Keys, pero productor de artistas tan reconocibles como los inigualables Dr. John y Tony Joe White o Ray LaMontagne, Lana Del Rey, The Pretenders, Robert Finley, La Luz, Yola, Marcus King, CeeLo Green y Hank Williams Jr.: casi nada).
Leo a Stephen Thomas Erlewine en AllMusic
que lo que hace Early James en su segundo elepé es conjurar “fantasmas del sur
de Estados Unidos con su alma estilizada por medio de su poesía”, algo así como
si el mismísimo “Tom Waits, en su mejor momento de poeta beatnik, se cruzara
con un trovador de blues”. Nunca me ha gustado ese llamarle americana a
esta música, la que hacen tipos como Early James, pero como todas las
etiquetas, las musicales, especialmente, son de mucha ayuda para los que
escribimos sobre el amplísimo mundo del pop. El caso es que este chaval (a sus
29 años le llamo chaval, sí, ¿qué pasa?), para Erlewine, tiene una manera de
reunir los mitos y la música estadounidenses muy singular que gana al
escucharlo varias veces. Varias: no necesitas docenas.
Por su parte, Carlos Pérez Báez escribe en Dirty
Rock sobre Strange time to be alive que es un “disco fantasmagórico que
evoca los espíritus de los grandes escritores góticos del sur, desde Eudora
Welty hasta William Faulkner, mientras canaliza los espíritus embrujados de Tom
Waits y Townes Van Zandt”. Góticos. Lo dice él.
Sea como fuere, What a strange time to be alive es una auténtica joya musical que brilla meticulosamente dentro de un álbum muy recomendable.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.