Di que fue un sueño
Las baldosas amarillas no son aquellas sobre las que bailaba Michael Jackson. Las baldosas amarillas de Dorothy Garland se me aparecen hoy, después de haber escrito lo de que las baldosas amarillas no son aquellas sobre las que bailaba Michael Jackson, se me aparecen hoy en la vida después del sueño de Ramiro.
Hoy, un día antes de
mañana, que es cuando voy a volver a descubrir el enorme gozo de escuchar el
álbum Harvest moon de Neil Young. Un disco
de baldosas amarillas hacia el paraíso de los días sencillos, limpios,
perdurables. Un disco de Neil Young que no incluía el Corazón de Oro que me
hizo llorar escucharle a Ramiro cantárselo a su hermano en lo más auténtico de
su sueño de la Gran Pandemia. Un sueño cerca de la muerte, sobre ella,
volándola para escucharla gritar túmesobrevuelas. Túmesobrevuelas
desde las baldosas amarillas de Michael Garland, desde las baldosas amarillas
de Judy Young.
Las baldosas amarillas y
las canciones para Judy de Neil Young en 1976,
incluida el Corazón de oro, cuando Garland se le
aparecía en uno de sus conciertos como en un sueño.
Los sueños, el de
Ramiro, el de Dorothy… El sueño dorado de Neil
Young. El sueño que fue ver bailar a Michael Jackson. Di que fue un sueño.
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