Un perro ladrando a la Luna, toros muertos por asta de toro, aquellas canciones de Roxy (Music) y tú y yo en la misma ciudad: una vida y nosotros sin Londres, una vida y noches en escarlata…
Bryan Ferry
recorre toda la música pop desde ese traje rosa rojizo de seda que sólo él
puede vestir mientras canta una época entera, la que va desde que el siglo XX
se bañó en jazz hasta que Dylan supo salvarse de quedar sepultado por el punk.
La psicodelia tecno y Ladytron, el rock glamuroso y el glam roquero y el tecno
siquedélico, el Manifesto de Avalon sobre la carne y la sangre en una
Inglaterra derrotada por fin por el pasado en que construye ese paraíso de
hollín y fotografías. El cine y la pequeña locura del sumo gusto enguantado en
saxo y guitarras como pianos de terciopelo.
No sabremos salir nunca jamás del Royal Albert Hall. Ojos de ángel, brilla sobre mí. Roxy Music tejen esos bailes mientras lata nuestro corazón para el placer: el amor es más que esto, es una droga, Phil Manzanera lo sabe y Andy Mackay también. ¿Fue Roxy Music la banda de Bryan Ferry? Brian Eno mira para otro sitio. La misma vieja escena de siempre: oh yeah¡ Bailemos toda la noche, cada cadencia acaricia mi alma como un rasguño de nube. Aquella centuria en la que nací yo fue la de los sonidos de Roxy Music (quiero decir, Bryan Ferry).
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