Las canciones de Nino Bravo. Hoy: Libre
Octubre de 1972. Nino Bravo publica su último single, diez meses antes de su trágico accidente automovilístico. En la cara A, una más de sus canciones inolvidables: Libre. Aunque decir una más no le hace justicia a esa especie de himno pop de prestancia eterna. En la B, la canción Vete. Las dos se incluirán un mes después, en noviembre de aquel año 72, en el cuarto elepé del artista, Mi tierra (donde además de la espléndida canción que le daba título estaba otra memorable: Te acuerdas, María).
Compuesta por Pablo Herrero y José
Luis Armenteros (los mismos artífices de otras maravillas de Nino Bravo,
como Tu cambiarás, Un beso y una flor, y
América, América), con arreglos a cargo de Juan Carlos
Calderón, Libre fue un éxito inmediato, uno de esos números 1
incontestables, un puesto en el que se mantuvo durante meses, incluso cuando ya
Nino Bravo había fallecido. Sería elegida por votación popular como la
segunda mejor canción de la historia de la música popular en España en 2004
en el programa de Televisión Española Nuestra Mejor Canción, detrás de Mediterráneo, de
Joan Manuel Serrat.
La fotografía que aparece en la
cubierta del single fue tomada en el domicilio valenciano de Nino Bravo, en la
calle Bachiller, por el fotógrafo español Martin J. Louis (cofundador,
junto a Bertha M. Yebra, un año después, en 1973, de la revista musical Popular
1).
Sitúo la aparición de los cuatro
minutos y nueve segundos de la canción Libre en el contexto adecuado.
En aquel año 1972, España seguía sometida a la dictadura del general Franco,
y, precisamente en su ciudad (no en vano llamada, como más botín de
guerra El Ferrol del Caudillo), el día 10 de marzo, morían (eran asesinados)
tres manifestantes en el choque entre huelguistas de la Empresa Nacional Bazán
y fuerzas de orden público. Ese mismo mes, el día 27, estallaba el escándalo
del aceite del concejo pontevedrés de Redondela, también conocido como escándalo REACE, un caso que se vio
rodeado de varias muertes y no fue juzgado hasta dos años más tarde (curiosamente,
desde 1964, pertenecía al consejo de administración de REACE el hermano del
dictador, Nicolás Franco). El 24 de junio era detenido el grupo de
sindicalistas que integraban la Coordinadora General de Comisiones Obreras en
un convento de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, iniciándose el
denominado Proceso 1001. El 10 de
mayo tenía lugar la promulgación del llamado Tercer Plan de Desarrollo (Plan de
Desarrollo económico y social para el periodo 1972-1975), que no podrá llevarse
a efecto por completo a raíz de la crisis internacional del año 73. El 15 de
septiembre de ese año 1972 dio comienzo una huelga general en Vigo que durará
hasta el día 30. Ese día 15, además, se produce la firma en París de un acuerdo
comercial entre España y la URSS, el primero de carácter general desde que en
1939 se rompieran las breves relaciones diplomáticas entre ambos países. El
pacto fija, entre otras cosas, el establecimiento de sendas delegaciones
comerciales, la soviética en Madrid y la española en Moscú.
Imaginemos ahora lo que podría significar por aquel entonces escuchar en ese país en el que yo ya llevaba viviendo nueve años esa explosión musical en la que Nino Bravo cantaba aquello de…
“Tiene casi veinte
años y ya está / cansado de soñar, / pero tras la frontera está su hogar / su
mundo, su ciudad. / Piensa que la alambrada solo es / un trozo de metal, / algo
que nunca puede detener / sus ansias de volar.
Libre, / como el
Sol cuando amanece, / yo soy libre como el mar. Libre, / como el ave que escapó
de su prisión / y puede, al fin, volar. Libre, / como el viento que recoge mi
lamento / y mi pesar, / camino sin cesar / detrás de la verdad / y sabré lo que
es al fin, la libertad.
Con su amor por
bandera se marchó / cantando una canción. / Marchaba tan feliz que no escuchó /
la voz que le llamó / y tendido en el suelo se quedó / sonriendo y sin hablar.
/ Sobre su pecho flores carmesí / brotaban sin cesar.
Libre, / como el
Sol cuando amanece, / yo soy libre como el mar. Libre, / como el ave que escapó
de su prisión / y puede, al fin, volar. Libre, / como el viento que recoge mi
lamento / y mi pesar, / camino sin cesar / detrás de la verdad / y sabré lo que
es al fin, la libertad”.
Ahora bien, aunque todavía hay quien
se creyó aquello de que lo que cuenta Libre es la historia del joven
obrero alemán Peter Fechter, la primera persona asesinada por los
guardias fronterizos del sector de la Alemania Oriental prosoviética al
intentar cruzar el Muro de Berlín en agosto de 1962 (un año después de
su construcción), Pablo Herrero, uno de los compositores de la canción como
hemos visto, lo ha desmentido una y otra vez. Por ejemplo, en mayo de 2021
declaró al programa De Vuelta, en Radio 5, que la canción “no se inspiró en esa
historia. Fue menos épica, mucho más doméstica, menos importante”. En efecto, “no
teníamos que mirar a Alemania. Lo estábamos viviendo aquí. La falta de libertad
era manifiesta”.
Libre
eludió la censura por la sencilla razón de que nadie, ni Nino Bravo ni nadie,
osó jamás reivindicarla como lo que seguramente en realidad era: un grito. Un
himno. Un simple himno pop. Nada más y nada menos.
Es curioso que, en Chile, dotándola
de una significación ostensiblemente contraria a su espíritu de auténtica
libertad, fuera muy pronto adoptada por los partidarios del gobierno
dictatorial de Augusto Pinochet y por los miembros de sus fuerzas armadas e
incluso todavía en 2022 llegara a ser cantada en manifestaciones contrarias al
gobierno izquierdista de Gabriel Boric.
En cualquier caso, en España, después de la muerte de Franco supimos por fin lo que es la libertad. Y yo sigo cantando Libre cada dos por tres. Venga o no a cuento.
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