No hay nada más importante que los lazos afectivos. Amar y ser amado. Ese es el sentido de la vida. Ni el éxito, ni el dinero, ni la fama, pueden proporcionar la alegría de saber que eres importante para otras personas. Ser feliz no es un derecho, sino algo que debemos ganarnos, cuidando a los demás y solidarizándonos con los más infortunados. Nuestra vida sólo será fructífera si es capaz de dejar un rastro de dignidad, esperanza y ternura.
[Rafael Narbona es el autor de uno de los mejores libros recientes dedicados al optimismo y la felicidad. Aquí puedes leer lo que escribí sobre él en su momento.]
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