La última temporada de la serie estadounidense de televisión The Good Fight, la sexta, consta de diez capítulos de unos 50 minutos de duración cada uno, el último de los cuales (todos comienzan con el marbete de ‘El fin’) se titula ‘El fin de todo’. Quinci LeGardye escribió en AV Club que “hace honor a seis temporadas de excelente televisión y también reconoce que estar luchando constantemente la buena lucha puede ser agotador".
De The Good Fight (un drama, veteado de inteligentísima comedia, legal
televisivo, cinematográfico, creado, producido y magníficamente escrito por el
matrimonio estadounidense de cineastas televisivos Michelle Stern, de casada
King, y Robert King) se vale de la sátira para ponernos delante el mundo actual
(básicamente estadounidense, claro) sin renunciar a lo que de surrealista acaba
por tener esa realidad brutal sobre la que sobrevivimos. De sus primeras cinco
temporadas, ya escribí que es mucho más que una serie de abogados, quizás se
pudiera decir de ella: LA SERIE.
Esta electrizante obra maestra cinematográfica es una fabulosa creación
artística sobre lo que ya llamo la Primera Guerra Cultural Mundial (la extrema
crispación política que nos afecta), desde la perspectiva de la ideológicamente
radicalizadísima república estadounidense. El matrimonio King lo tiene muy
claro cuando habla sobre la absurda situación en la que habitan los personajes
de su serie, tan real a la vez, tan de malestar resignado:
“Hay muchas series con dragones,
pero pocas que hablen de la política de la que habla la gente”.
Natalia Marcos (la más habitual crítica cinematográfica de series televisivas en El País) dice que “todo, tanto cuando se deja llevar al lado salvaje como cuando recupera la moderación, ha convertido a The Good Fight en lo que es, una de las series más libres y que mejor han reflejado cómo el mundo pasó a estar loco, loco, loco”.
No olvides este nombre: Diane Lockhart. La protagonista de una de las mejores series cinematográficas para televisión de todos los tiempos. Una impresionante Christine Baranski fue Diane. El mundo surgido de los escombros de la era Trump ya no puede sofocar su agobio con The Good Fight nunca más. El fin del todo.
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