Alcarràs roza la enormidad

 


Alcarràs es el segundo largometraje de la cineasta española Carla Simón, quien, además de dirigirlo, ha escrito su espléndido guion junto a Arnau Vilaró (en cuyos recuerdos de su infancia está basada la película). Alcarràs está a punto de ser espléndida. Y no sabría decir qué es lo que le falta para ser una obra de arte cinematográfico rotunda. Aunque sí creo que, como escribiera Luis Martínez en El Mundo, “es cine que nos hace mejores”. En lo que no concuerdo con él es en que sea un film adorable.

Estrenada en 2022, de dos horas (algo largas) de duración, cuenta con la excelente fotografía de Daniela Cajías, fue galardonada antes de su estreno oficial en España con el Oso de Oro del Festival de Berlín a la Mejor película y está considerada (en octubre de ese año 2022, cuando escribo esto) por la prestigiosa FimAffinity como la número 13 de las Mejores películas de lo que llevamos del 2022, y la 52 de las Mejores películas españolas de la historia.


El extraordinario mérito de la directora no es solo su capacidad para mostrar con soltura cinematográfica los hilos vitales de una historia familiar rural creíble y de alguna manera conmovedora ("la maravillosa mirada de Carla Simón al campo y la familia emociona con su visión humanista de la tierra, la agricultura, la familia y las tradiciones", escribió Pepa Blanes en la web de Cadena SER), sino que recae, sobre todo, en su habilidad para sacar lo mejor de un reparto espléndido formado por actores no profesionales, más reales en muchos momentos que algunos intérpretes de verdad: Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós y Berta Pipó (que es la única que ya intervino en el espléndido debut de la cineasta catalana, el film Verano 1993). De hecho, es difícil no coincidir con Sergi Sánchez, a quien podemos leer en Fotogramas que la película le resultó "magnífica”, principalmente porque “la coralidad de Alcarràs exige, a pesar de la aparente sencillez del relato, un pleno dominio de la escritura, la cámara y el montaje para que cada personaje tenga una mirada y una voz propias".

Mientras escribía esto pensaba en qué es lo que le falta a Alcarràs para ser una obra de arte cinematográfico rotunda, pero no he dado con ello. Quizás sea que, como leí a Carlos Boyero en el diario El País, "Carla Simón posee sentido del neorrealismo, mundo propio, una forma honesta de retratar al prójimo, pero… admitiendo todas estas virtudes, este drama no me enamora no me dona las sensaciones que más valoro en el cine." Y es que su argumento “transcurre con excesivo sosiego (...). Podría decirse que se ve, incluso que se siente, pero no se padece” (Oti Rodríguez Marchante: ABC).

Comentarios

Entradas populares

Los textos incluidos en este blog son propiedad exclusiva de sus autores. Se permite su uso y reproducción, siempre y cuando se respete su integridad, se cite la fuente y su utilización no busque fines comerciales ni implique la obtención de ingresos económicos de cualquier tipo.