La primera (y gran) comedia de Leticia Dolera
La cineasta española Leticia Dolera estrenó su
primer largometraje, el excelente Requisitos para ser una persona normal,
en 2015.
La hora y media de su duración transcurre para el espectador,
para mí así fue, como una pequeña delicia perfecta, equilibrada, agradable,
simpática, divertida: ese tipo de obra de arte que sabe que no necesita ser
fascinante para dispensar el sumo placer de ver una comedia inteligente y
amable, ajena al gusto por la perturbación inane de tantas películas
pretendidamente graciosas.
Hay algo en el cine de Dolera (que hemos visto después,
en su también magnífica serie para televisión Vida
perfecta, de 2019) que, sin deslumbrar, no lo necesita, pues navega
convenientemente por el terreno de los sentimientos comunes, le pone a uno ante
un clasicismo cinematográfico perfectamente ensamblado a ocurrentes usos
narrativos, visuales, más recientes, más actuales. Pasado y futuro sin
estridencias ni traumas.
Escrita y dirigida e interpretada por ella, Requisitos
para ser una persona normal es además una película de actores, como toda
película de categoría que se precie, y Dolera recibe una réplica maravillosa sobre
todo de Manuel Burque y de la veterana Silvia Munt; y es una
película muy bien fotografiada por Marc Gómez del Moral.
Ese gusto de Leticia Dolera por recrearse en la
normalidad de lo diverso que es el mundo urbano, en la diversidad habitual que
acaba por hacer encajar espíritus dispares pero conectables, ese arte de ella
aparenta una sencillez que estoy seguro de que requiere de una serie de
habilidades que el espectador no percibe ni necesita contemplar: porque los
artistas nunca muestran sus trucos si lo que hace es de verdad arte.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.