De 2025 es el libro Breve historia de España, escrito por el historiador español Juan Sisinio Pérez Garzón, donde asistimos a una nuevamente necesaria explicación de la inexistencia de la identidad eterna de lo español, excepto en las deliberadas intenciones políticas de quienes lo que acaban por defender son los intereses de unos pocos.
La obra se abre con una brillantísima introducción que sirve no solamente como preámbulo a la misma, sino que acaba siendo un auténtico monumento historiográfico donde el autor imparte una utilísima y meritoria lección sobre lo que es la materia de la que es un consumado maestro: la Historia.
Pérez
Garzón expone “los puntos de partida de este libro” para que sepamos con qué
nos vamos a encontrar. Y es ahí, en esa exposición inicial del planteamiento de
su obra, donde imparte esa lección sobre lo que en realidad es la materia sobre
la que escribimos los historiadores.
El título
del volumen obedece al hecho de que en él “se
analizan las gentes y las sociedades que vivieron en las tierras que hoy forman
España”. Y la tesis que sostiene no
es en absoluto nueva, reconoce el catedrático emérito: aquella “que considera el cambio como lo propio de toda
historia”, de tal manera que permite
afirmar que “ninguna
sociedad es invariable ni mucho menos eterna”. De tal manera que, leyendo el libro, se comprende que nunca ha existido
ni existe en España “una identidad, una cultura o un modo de organizarse o unos
valores inmutables a lo largo de los siglos”. Más bien al contrario, pues todas
estas gentes lo que han hecho, como las de cualquier otro territorio sobre el
planeta Tierra, ha sido vivir en una “evolución constante” y “se han organizado
con distintos recursos y medios de vida”, estableciendo “diferentes relaciones
de dominio” y manteniendo “persistentes pugnas y anhelos por mejorar su
condición”. Por todo ello, la obra ha renunciado, necesariamente, a “reducir la
complejidad social de cada momento a una identidad o cultura.
[…]
Pérez
Garzón no exhibe su maestría, pues su conocimiento y capacidad literaria para
transmitirlo brotan de su admirable manera de ser comprensible y hacer
profundamente atractivo lo que en realidad es algo tremendamente complejo que,
únicamente gracias a historiadores, a escritores como él, puede llegar al común
de los mortales.
[…]
Juan
Sisinio Pérez Garzón nos asegura que ha procurado no ejercer de juez del
pasado. Al fin y al cabo, ese no es el cometido del historiador, quien en
realidad lo que pretende es comprender
el pasado, algo para lo cual “hay que
despojarse ante todo de los tópicos acumulados por los nacionalismos que desde
el siglo XIX remontaron sus raíces a siglos remotos cual plantas que hubiesen
germinado con un ADN desarrollado por sucesivas generaciones”. Que “la historia nunca tiene una meta
predeterminada” es un presupuesto
de partida ineludible en todo libro sobre la materia que se precie. Y este lo
es.
[…]
De lo que se trata en esta obra es de conocer en qué condiciones vivían las gentes que han formado “las muy distintas sociedades que desde la prehistoria hasta el presente han habitado este país”, y así saber de sus aspiraciones, también qué clase de poder las explotaban y oprimían, “cómo protestaban y cómo se diversificaban sus respectivos presentes”.
Gentes y
sociedades, ojo. No reyes y personajes. Pues lo que ha intentado Pérez Garzón,
y ha logrado, “ha sido desentrañar
las relaciones que se desarrollan en cada sociedad, con frecuencia conflictivas, con momentos de
dramáticos antagonismos como son las guerras y las épocas sin libertades, con
giros y retrocesos, porque la
movilidad y el cambio están protagonizados por todos y cada uno de los humanos
en todo momento”.
Esta breve
historia de España, esta “síntesis de procesos siempre laberínticos”, valida
algo que se sabía pero que no es lo común leer en libros de este jaez, cual es
que en lo que hoy es España “se fraguaron unas
economías y una cultura siempre en interacción con otras sociedades endeudadas
con inventos e ideas desarrolladas más allá de la península Ibérica”.
La
principal tesis historiográfica del volumen reside en ese planteamiento suyo de
que “el pasado no actúa sobre
el futuro, porque las personas pueden elegir, interpretar y adaptar lo que
heredan del pasado, desarrollándolo con cuantas novedades reciben de los
distintos entornos del presente”.
Y es en ese entrecruce donde “germinan las innovaciones que hacen historia y
que, al reajustar intereses ideologías y comportamientos, transforman y abren
perspectivas inéditas”.
Juan
Sisinio Pérez Garzón reduce el poderoso efecto de cuanto defiende (usando la
autoridad científica de la disciplina que maneja) al concluir que los
resultados de su libro son lógicamente discutibles y están abiertos a revisión.
Como toda obra historiográfica. Incluso las que, como ésta, lucen
espléndidamente sobre lo que sabemos.
Solamente
por enseñarnos una vez más que reducir
la complejidad histórica a las audacias de algunos individuos no puede traer
nada bueno merece la pena leer su
extraordinario libro. Pero es que en él hay muchísimo más. Ya digo, toda una lección historiográfica que puede
ser verdaderamente útil para cualquier español que quiera atenderla. He dicho puede, que luego ya se sabe.
Es muy de
agradecer además que cada capítulo acabe con una acertadísimo y concluyente balance (así llamado) e incluya diversas cronologías siempre pertinentes.
Quiero
detenerme ahora en la aclaración sobre dos conceptos fundamentales, el propio concepto de España y
el de español. Escribe el
autor…
“En esta época [la del reinado de los Reyes Católicos] fue cuando el
calificativo de español se extendió por Europa para identificar todo lo
relacionado con una monarquía cuyos ejércitos demostraron una hegemonía militar
indudable, aunque de los 70.000 hombres que tuvo en su apogeo, solo una décima
parte eran geográficamente hispanos. Se generalizó entre los escritores de
fines del siglo XVI la denominación de monarquía de España con un sentido
unitario y se usó habitualmente desde el XVII tanto dentro como fuera de los
reinos que la integraban. En todo caso eran nociones que solo circulaban entre
unos pocos intelectuales, ni Isabel ni Fernando sospechaban que sus actos
serían los hitos de un de una posterior ideología nacionalista”.
[…]
Como el
propio Pérez Garzón explica, aunque en Breve historia de España no se
abordan (con el detenimiento que merecerían) los aspectos culturales y
científicos, “es justo recordar su importancia para descifrar las claves
sociales y económicas de un país inmerso en transformaciones tan inéditas como
conflictivas por los ritmos siempre desiguales de crecimiento del capitalismo”.
El libro
es, y ya acabo, un
prodigio de explicación histórica
y de aclaración de toda esa confusión en la que los que menos conocen la
Historia nos están metiendo al pretender divulgarla con sus espurios intereses.
La mejor Historia de
España de cuantas se hayan escrito.
Probablemente.
Libros así
nos hacen mejores. Más sabios, más respetuosos con el sufrimiento y con quienes
de verdad hicieron algo porque la vida no sea un valle de lágrimas.
Este texto pertenece a mi
artículo ‘La historia de
España de Juan Sisinio Pérez Garzón es un clásico instantáneo’, publicado el 7 de noviembre de 2025 en Historia 21, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.
[arte de Ruth Matilda Anderson: Plasencia, 1928]


Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.