Me comentaba el escritor Eduardo Laporte en una conversación de esas nuestras por Messenger, tras leer una cosita mía que le mando: “me voy a levantar a mirarlo, que diría Umbral”. Y yo le contestaba: Qué tío el Umbral. Qué cansado tenía que ser lo de ser siempre un personaje.
“Así murió tan pronto...”,
apostillaba él. Y añadía: “ser sublime (en cursiva) sin interrupción es
algo contra natura”.
Para quedar como algo subliminal, no
vale la pena, ya te lo digo, zanjaba yo.
¿Fue sublime Francisco Umbral y ha
quedado como algo subliminal? Pregunto.
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