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Cosas que decía Ayn Rand

“Polémica, orgullosa y radical, Ayn Rand pasó como un ciclón por encima de veinte siglos de moral establecida para defender un concepto altamente controvertido: el derecho de todo ser humano a ser racionalmente egoísta”.


Eso escribía sobre la siempre polémica pensadora rusa del siglo XX nacionalizada estadounidense Ayn Rand el periodista cultural español Jaime Fernández-Blanco Inclán el 14 de marzo de 2019 en la revista digital Filosofía&Co, en su artículo ‘Ayn Rand: defensora de la razón y la libertad individual’.

Por su parte, la analista social y cultural estadounidense Lisa Duggan sostenía en una entrevista para la revista izquierdista estadounidense Jacobin en abril de 2024 que “Ayn Rand creía que el camino hacia la armonía social pasaba por la aceptación por parte de las masas inferiores del gobierno brutal de sus superiores naturales. Un punto de vista erróneo y de implicaciones tan sombrías y desagradables como su atroz personalidad”.

Miguel Ángel García Vega, periodista especializado en asuntos relacionados con la economía, trazó un perfil de Rand en El País el 12 de junio de 2020 en el que comenzaba diciendo de ella: “Filósofa heterodoxa, inspiradora de emprendedores y de la derecha libertaria, sus ideas siguen vigentes 40 años después de su muerte. La libertad y el laissez faire eran su máxima”

Ayn Rand —capaz de mantener que “no hay diferencia entre comunismo y socialismo, salvo en los medios para conseguir un mismo objetivo final: el comunismo se propone esclavizar a los hombres por la fuerza; el socialismo, por el voto; es la misma diferencia que existe entre el asesinato y el suicidio”— dejó escritas otras muchas razonadas ferocidades incómodas y terribles como estas que siguen.

 

En la novela El manantial (The fountainhead, 1943; seis años después el estadounidense King Vidor dirigió la versión cinematográfica, con Gary Cooper y Patricia Neal como protagonistas):

 

"Quien quiere a todos los hombres odia a la humanidad. No espera nada de ella”.

"No hay que decirle a nadie que sea orgulloso; te odiarán. No lo dirán, pero te odiarán. Dirán que los odias a ellos”.

"El país que ha alcanzado los mayores logros, la mayor prosperidad, la mayor libertad, se construyó sobre el derecho del hombre a perseguir su felicidad. Su propia felicidad, no la de los demás”.

 


En la novela La rebelión de Atlas (Atlas shrugged, 1957):

 

"La racionalidad es el reconocimiento de que la existencia es un hecho en sí, que nada puede alterar la verdad y que nada puede prevalecer sobre el hecho de comprenderla, que es en lo que consiste el pensamiento."

"El único propósito del gobierno es proteger los derechos del hombre, es decir, protegerlo de la violencia física. Un auténtico gobierno no es más que un policía, que actúa en nombre del derecho a la autodefensa del ser humano y, como tal, sólo puede recurrir a la violencia contra aquellos que han hecho uso de ella."

 

En el ensayo El nuevo intelectual (For the new intellectual: the philosophy of Ayn Rand, 1961):

 

"El socialismo es la doctrina según la cual el hombre no tiene derecho a vivir por su propio bien, que su vida y su trabajo no le pertenecen a él, sino a la sociedad, que la única justificación de su existencia es el servicio a la sociedad, y que la sociedad puede disponer de él según le plazca, con tal de conseguir su propio bienestar colectivo, tribal”.

 

En la obra Capitalismo: el ideal desconocido (una colección de ensayos no solamente suyos, originalmente titulada Capitalism: the unknown ideal, 1966):

 

"Civilización es el proceso por el que el hombre se libera de los hombres”. [Se entiende hombres por seres humanos.]

"La pobreza no es una hipoteca sobre el trabajo de los demás; la desventura no es una hipoteca sobre la felicidad: el fracaso no es una hipoteca sobre el éxito; el sufrimiento no es un cheque en blanco, y su alivio no es el fin de la existencia; el hombre no es un animal que haya de ser sacrificado en el altar de los demás; la vida no es un inmenso hospital".

"Cuando el bienestar común de una sociedad se contempla como algo aparte y superior al bienestar individual de sus miembros, el bienestar de algunos hombres prevalece sobre el bienestar de otros, y esos otros son destinados al sacrificio".

"Si algunos hombres disfrutan de algún derecho sobre el producto del trabajo de los demás, entonces estos están despojados de sus derechos y condenados al esclavismo."

"La mayor virtud: la capacidad de hacer dinero."

"La riqueza es producto de la capacidad del hombre para pensar."

 

En Filosofía: ¿quién la necesita? (Philosophy: who needs it, 1982):

 

"El principio básico del altruismo es que el hombre no tiene derecho a vivir por su propio bien, que el servicio a los demás es la única justificación de su existencia, y que el sacrificio es el más alto deber moral, la más alta virtud, el valor más alto. No debemos confundir altruismo con generosidad, buena voluntad o respeto por los derechos de los demás. Estos no son valores primeros, sino consecuencias que el altruismo, de hecho, hace imposibles. El valor irreductible, primero y básico del altruismo es el sacrificio propio, que quiere decir: inmolación de uno mismo, abnegación, negación de uno mismo, autodestruccción, es decir: el yo es el mal y los demás el bien".

 

Ya sabes: con la (filosofía) política hay que tener mucho cuidado de querer hacernos ahora los que no sabíamos que, como todo lo que ha inventado el ser humano, es pura ficción. Ficción útil o ficción inútil: eso ya depende del marco de intereses y creencias y falacias en el que uno o una viva inmerso.

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