Entre los años 1964 y 2003, en España hubo una mujer que se dedicó a la producción musical de discos de música pop (la primera mujer que hizo tal cosa en mi país), se llamaba (se llama) María de las Nieves Callejo Martínez-Losa, pero se la conocía (se la conoce) como Maryní Callejo (nacida en 1941, veintidós años antes que yo —que, como ella, nací en Madrid—, siete después que mis padres); y con anterioridad ya había grabado discos con su propio grupo.
De virtuosa formación pianística, de conservatorio, Callejo crea en 1960 con otros cuatro chicos (el baterista Jorge Moreno, el contrabajista Joaquín Laría, cantante años más tarde de la famosa Topolino Radio Orquesta, y los cantantes, luego de cierta fama, Luis Gardey y Tito Mora) un grupo llamado Los Brujos que graba varios epés solo con versiones de canciones de otros a partir de 1962 para la discográfica española Zafiro (fundada en 1952 y dirigida por Esteban García Morencos; integrada en 1999 en RCA): desde 1963, cuando son uno menos, pasan a ser Los 4 Brujos, pero un año más tarde se separan. En ese año 1964, Zafiro contrata a Callejo para trabajar como arreglista y productora.
Entonces, cuando Maryní Callejo apenas tenía 23 años… llegaron Los Brincos. Zafiro y su recién creado sello para nuevos grupos Novola ficha a un nuevo grupo integrado por el ex de Los Estudiantes Fernando Arbex, Juan Pardo y Antonio Morales, conocido como Junior, ambos procedentes de Los Pekenikes, y Manolo González, que venía de The Blue Shadows. Maryní Callejo será su productora, y enseguida los ve actuar en directo para convencerse de su potencial. Y vaya si lo hace, convencerse, digo: ¡menudo potencial!
Conocedora de lo que se necesitaba para alcanzar una buena
producción musical y fenomenal escritora de música y arreglista,
apadrina en ese sentido las carencias técnicas como escritores de música
de Los Brincos. Se dice, se dirá, se sigue diciendo que Maryní es un Brinco
más: receptora de entusiasmo, es capaz de devolverlo con creces y apoyarlo
en una autoridad de conocimientos no solamente musicales que los componentes de
aquel exitoso y magnífico grupo siempre agradecieron. En suma, Maryní Callejo
es mucho más que la productora y arreglista de las primeras grabaciones de Los
Brincos.
1965. Los Brincos hacia el estrellato. Zafiro,
es decir, su director, García Morencos, afronta el reto de convertir
discográficamente a la ya juvenil, hasta entonces artista niña prodigio,
Marisol en otra cosa y le pasa la tarea técnica, propiamente musical a Callejo,
que produce un epé en el que aquélla canta una canción de Los Brincos (El
cochecito). En ese mismo año, relanza otra carrera musical, la de Los
Relámpagos, a los que les produce la inmortal Noche de relámpagos
(llamada, en realidad es una sardana, Nit de llampecs).
Maryní Callejo está detrás de los primeros discos de Juan
y Junior en 1967 (que incluían esas obras maestras de la música pop que son
Nos falta fe y La caza), luego de la salida de ambos de Los
Brincos. Ese mismo año produce una de las canciones del epé de Massiel
que contenía Rosas en el mar, la titulada Ruidos.
En 1968, pasa a formar parte de otra discográfica, la
internacional Polydor, donde se hace cargo de la definición del sonido
que acabará de darle el reconocimiento popular al enseguida famosísimo grupo de
pop facilón (y que no falten) Fórmula V, cuyos encadenados éxitos
produce hasta la década de 1970: Tengo tu amor, Cuéntame, Eva
María…
Más artistas (reconocibles y reconocidos, algunos
otros, como Judy Stephen, Tara o Shelly
y Nueva Generación, tuvieron poca atención en la historia
del pop español) de aquellos tiempos cuyas canciones arregla o produce Callejo:
Daniel Velázquez, en 1969, y Nino Bravo.
Sí, Nino Bravo.
Callejo ve actuar a Nino Bravo, en ese año 1969. Lo disfruta junto a otro de los principales miembros de la compañía Polydor, José Luis Armenteros. Y deciden que grabe para ellos. De ella será en 1972 el arreglo para la maravillosa y popularísima canción (todavía hoy, tantos años después) Un beso y una flor, incluida en el tercer elepé del gran intérprete español. Por cierto, Maryní afirma que la canción la compuso ella con Armenteros, aunque la registraría este último con su pareja de exitosísimas composiciones, Pablo Herrero (los dos ex de Los Relámpagos y los dos destacadas figuras de la creación artística de Polydor, junto a Callejo).
Maryní Callejo deja Polydor y ya en 1977 trabaja
profesionalmente en la producción de distintos artistas (las primeras
grabaciones del dúo para niños y niñas Enrique y Ana, el comienzo de la
carrera de Phil Trim, que fuera cantante de Pop-Tops, en solitario), un
año antes le había producido a Massiel un elepé (el de su renacimiento musical
hacia un nuevo estrellato: Carabina 30-30) y luego los dos siguientes…
En aquellos años, pasó a ser la directora de las actuaciones en directo (y fueron muchísimas, dado su incomparable éxito en buena parte de los países de habla hispan) de Rocío Dúrcal (precisamente, la mujer de Junior, el ex de Los Brincos y Juan y Junior), algo que siguió haciendo, hasta comienzos del nuevo milenio, mientras ésta siguió paseando su repertorio por doquier.
Entre los años 1978 (ese año participa activamente,
incluso como coautora, en un sencillo de Micky y Los Tonys, que incluía
las canciones La gallina y No sé nadar) y 1984, Callejo dirige
musicalmente los álbumes grabados por la cantautora Mari Trini, ocupándose de
la mayoría de los pianos que suenan en ellos y de conducir sus orquestaciones: Sólo
para ti, A mi aire, Oraciones de amor, Una estrella en mi
jardín, Mari Trini y Diario de una mujer. Los discos cumbres
en cuanto a popularidad de la carrera artística de Mari Trini.
Algo después, Maryní Callejo (que había participado en
1988 como directora musical del programa de variedades de José Luis Moreno,
‘Entre amigos 10’, emitido en aquella pionera cadena de televisión privada que
fue Canal 10) produjo para su propio sello discográfico, Ágata Discos, el
primer y único elepé del grupo Pop
de Block (en el que estaba Santi Fernández, desde
finales de la década de 1990 batería de Los Secretos), Ley natural,
aparecido en 1991, que pasó, como se suele decir, sin pena ni gloria.
En 1988, participó como arreglista del musical Carmen, Carmen, la peculiar adaptación de la famosa obra de Próspero Merimée con letra de Antonio Gala y música de Juan Robles Cánovas (sí, el de Cánovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán), protagonizado por Concha Velasco.
Junto a otra figura señera de la historia de la música
del pop español, el también productor Rafael Trabucchelli, italiano de origen,
Callejo recibió de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música
(dependiente de la Sociedad General de Autores Españoles) el Premio a la
Difusión en 2003, en el ámbito de los VII Premios de la Música.
Maryní Callejo, protagonista distinguida de la historia de la música pop hecha en España.






"Ruidos" me parece una de las mas grandes y desconocidas canciones españolas, incluida en el EP "Rosas en el mar" de Massiel. No sabía que la produjo la gran Maryni.
ResponderEliminarVoy a descubrirla, gracias.
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