El preludio del éxtasis de The Last Dinner Party


Al grupo musical femenino The Last Dinner Party se le compara con Sparks, Kate Bush y Siouxsie and the Banshees, también con Florence + The Machine. (Y con Queen, añado.) Es una banda británica formada en 2021 e integrada por Abigail Morris (voz principal), Lizzie Mayland (voz, guitarra y flauta), Georgia Davies (bajo y voz), Emily Roberts (guitarra solista, mandolina, voz y flauta) y Aurora Nishevci (teclados, órgano, piano, voz y sintetizador). El grupo se llamaba simplemente Dinner Party, cuando las tres primeras, tan influidas por la música de David Bowie, se conocieron en 2020 en Londres, antes de integrar a Emily y Aurora al año siguiente. Rebekah Rayner suele ser la baterista habitual en sus actuaciones en directo, aunque en su inmediatamente exitoso elepé de debut, Prelude to ecstasy (publicado el 2 de febrero de 2024), sólo toca la batería en una canción y quien la maneja en el resto del álbum es el productor del disco, James Ford, miembro de The Last Shadow Puppets y productor de grupos de la categoría de Pet Shop Boys, Blur, Depeche Mode, Foals, los propios Florence + The Machine, Haim, Gorillaz o Arctic Monkeys y artistas como Jessie Ware y Kylie Minogue. (The Last Shadow Puppets y The Last Dinner Party, ¿lo pillas?)


Nacida en plena efervescencia terrible de los confinamientos y las restricciones debidas a la COVID-19, la banda no pudo debutar en vivo hasta noviembre de 2021, actuando (todavía con el nombre de The Dinner Party) en el londinense The George Tavern junto a otros tres grupos. Fueron teloneras de los Rolling Stones, atención, sin haber grabado todavía single alguno, en el concierto que dieron en Hyde Park en julio de 2022, junto a Sam Fender, Courtney Barnett y Christone Kingfish Ingram. Antes de firmar su primer contrato discográfico, todavía en 2022, adoptaron ya su actual nombre, The Last Dinner Party, para evitar confusiones con el supergrupo de jazz Dinner Party, en el que tocan entre otros Kamasi Washington y Robert Glasper.

A finales de 2023, poco antes de publicar su álbum de debut, cuando ya habían sacado cuatro singles (todos ellos incluidos posteriormente en él), haber actuado en el multitudinario festival de Glastonbury y aparecer en el programa musical Later... con Jools Holland, The Last Dinner Party recibieron el premio Rising Star (es decir, a la estrella musical en ascenso), un galardón que se entrega desde 2008 (como uno más de los Brit Awards) y que en años anteriores se habían llevado Adele, precisamente Florence + the Machine, Emeli Sandé, Tom Odell, Rag'n'Bone Man o Jorja Smith, entre otras ya luminarias del pop internacional salido del Reino Unido.

Art-rock y pop barroco son etiquetas habitualmente utilizadas para hablar de su música.

El crítico musical de allmusic.com James Christopher Monger, que es quien las compara con Sparks, Kate Bush, Siouxsie and the Banshees y Florence + The Machine, dice del grupo que “combina la grandeza del pop maximalista con un indie rock barroco lleno de ganchos para crear atrevidos himnos de estadio modernos que evocan la perspicacia del art-pop”.

Cuando escuché a principios de 2024 esa maravilla de elepé que es Prelude to ecstasy quedé sobrecogido desde el principio ante su exagerado preciosismo épico pop. Como a Monger, a mí también me resultan potentes, atrevidas y majestuosas.

El propio Monger dice del “provocador pop barroco” de Prelude to ecstasy que mezcla con éxito “el indie rock arrollador” y “la decadente decadencia de Suede” con la “perspicacia pop de Sparks”. Su elepé de debut ofrece, en suma, “un conjunto notablemente seguro de indie rock atrevido y pop gótico maximalista que se combina con melodías recurrentes, letras inteligentes, oscuramente románticas y fanfarronadas teatrales”.


Metacritic, el agregador web de reseñas considera que el álbum (cuyas canciones son todas de las cinco componentes de la banda, aunque en la mitad de ellas también ha participado en la composición Rhys Downing) recibió una "aclamación universal": la lujuria, venganza y tristeza que rezuman sus surcos alcanzó una ponderada puntuación promedio de 84 sobre 100.

Como escribiera Kitty Empire en The Guardian, estamos ante “canciones sobre la pasión, la culpa católica y las relaciones tóxicas trasmitidas con el máximo de cabriolas posibles”.

Aurora Nishevci dirige la orquesta que suena en seis de las doce canciones de Prelude to ecstasy, integrada por violonchelos, violas, violines, flautas, timbales, campanas tubulares, contrabajo, trombón bajo, trombón, trompa, trompetas y arpa, fagot, clarinete y oboe.

 

“Cuando era niño, nunca me sentí como un niño. ¡Me sentí como un emperador con una ciudad que quemar!”

 

The Last Dinner Party no engañan a nadie: ellas no han venido a ponerle música a las películas de Ken Loach, han llegado para ambientar “la orgía del fin del mundo”.

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