En la poesía

John Gilman.

En la poesía, el ritmo lo es todo, la cadencia… Si, además, las palabras hieren o estimulan bellamente, entonces ya son pequeñas glorias los poemas. La rima y la métrica por sí solas no valen para nada y, sin embargo, sin ellas se hacen cosas tan hermosas que hasta la palabra poesía se queda pequeña ante su deslumbrante naturaleza.

 

Verbi gratia:

 

“La hora que no es nada,

que no es ni siquiera la hora libre,

la hora que no se ve.

Esa es la hora en la que me despierto.

La hora en que no hay nadie.

Flotan en el aire los sueños.

Puedo sentir a veces las imágenes,

vienen de profundas respiraciones,

son peces en el aire

que en esta hora es agua.

Esta es la hora en la que aún

y todavía no.

Los relojes avanzan sin que nadie los vea.

Los despertadores preparan las armas.

Pero la guerra aún no empezó,

tampoco terminó,

porque a esta hora nada es nada

ni estamos preparados para ser”.

María José Vidal Prado

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