M. Night Shyamalan y otra suya de arena: Llaman a la puerta
El décimo quinto largometraje del siempre ocurrente cineasta M. Night Shyamalan se estrenó en 2023 y se titulaba Llaman a la puerta (‘Knock the cabin’). El creador de El sexto sentido escribió el atolondrado guion de la misma, junto a Steve Desmond y Michael Sherman (autores del borrador de partida), que era una adaptación de la novela de Paul G. Tremblay La cabaña del fin del mundo (‘The cabin at the end of the world’), publicada en 2018, y cuyos derechos habían sido adquiridos antes de su publicación.
Aunque leo varias críticas que defienden la calidad de esta propuesta cinematográfica bien filmada y fotografiada (esto último por Jarin Blaschke y Lowell A. Meyer), me quedo con las opiniones críticas de Oti Rodríguez Marchante, Peter Bradshaw, Peter Debruge, Leah Greenblatt y Diego Batlle, muy cercanas a lo que yo creí ver al presenciar sus ni mucho menos largos cien minutos.
"Es ese tipo de película cepo en la que metes el
pie y ya no lo sacas, y mantiene su interés por más que uno ya conozca a
Shyamalan y sepa que está puliendo el vuelco y el mosqueo”. Para mí, acierta de
pleno Rodríguez Marchante en ABC. El vuelco y le mosqueo del director de
Señales.
Por su parte, Bradshaw escribió en The Guardian
algo con lo que mi pequeño sufrimiento durante aquella poco más de hora y media
concuerda: "M. Night Shyamalan vuelve a hacerlo, en el peor de los
sentidos (...) Este misterio de horror apocalíptico se queda corto tanto de
misterio como de horror”.
Debruge afirmó en Variety que la película es "larga,
lenta y decepcionante (...) La cabaña parece un estudio de sonido, los efectos
visuales son baratos y poco convincentes y las interpretaciones son
dispersas". No me pareció a mí larga, pero en lo demás, ok, ok y ok.
Para Greenblatt (Entertainment Weekly), “puede que
Shyamalan esté diciendo algo sobre la fe o la destrucción del medio ambiente
(...) pero el mensaje se pierde en el sentimentalismo y en una sensación
persistente de que la película podría haber sido mejor y más caótica”.
En definitiva, “lo que en principio parecía un
prometedor ejercicio de cine de género, termina desbarrancando en un drama que
busca sin suerte la trascendencia con un mensaje que pendula entre la
advertencia y la moraleja”, tal y como se le pudo leer a Diego Batlle en la web
OtrosCines.com.
M. Night Shyamalan bien da películas llenas de cal,
inteligentemente entretenidas y contundentes, o bien llenas de arena, vacías y
de una petulancia artística incomprensible. Esta es de las de arena. Una vez
más.
¿Los actores del film? Mejor no preguntes.
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