John Mellencamp y Dios


En el álbum número 25 del destacadísimo músico estadounidense John Mellencamp, Orpheus descending, vuelven a sonar espléndidas canciones de eso que todavía seguimos llamando rock. Rock envejecido, pero bien envejecido. Sin frescura juvenil, sin el alma soberana y adulta, pura vejez majestuosa.

Una de ellas, la que abre el disco, publicado en junio de 2023, uno de los mejores del año, y producido por el propio John Mellencamp, se titula Hey God, y es una roquera plegaria dedicada a lo que queda del Dios de los cristianos para rogarle que ponga fin a la violencia eterna en el valle donde nos matamos los humanos. (Más bien unos nos matan a los otros.)


Lo que escuchas es la batería de Dane Clark, el violín de Lisa Germano, la armónica y los teclados de Troye Kinnett, por supuesto la voz principal de John (que, como suele ser habitual en sus últimos discos, pinta la imagen de la cubierta del álbum), y el bajo y la guitarra de Andrew York.

 

La letra de Hey God dice algo así:

“¿Son mis derechos esas armas, esas pistolas? Leyes escritas hace mucho tiempo. Nadie podía imaginarse la visión de tantos muertos abatidos y por los suelos.

¡Oye Dios, si todavía estás ahí, ¿podrías bajar por favor?! Te lo repito.

Y si no lo haces, ¿qué es lo que realmente tienes en mente para nosotros ahora mismo? Porque sabemos que no estás de nuestro lado. Unas pocas palabras sabias escritas ya no son suficientes para sostenernos.

¡Oye Dios, si todavía estás ahí, ¿podrías bajar por favor?! Te lo repito.

No podemos soportarlo más. Algunos no pueden vivir dentro de la ley. Poco es lo que ha cambiado aquí abajo. Lo que veo es que el Sol realmente se está poniendo: este no es el Jardín del Edén.

¡Oye Dios, si todavía estás ahí, ¿podrías bajar por favor?! Te lo repito.

No podemos soportarlo más. Aquí ya no podemos soportarlo más”.


 

Sobre el título del álbum donde suena Hey God, el ya imprescindible Orpheus descending:


Orfeo descendió al inframundo, nos dice la mitología griega, y yo cuanto sé de él, de Orfeo, lo sé por quien más sabe en mi país de mitología, un auténtico erudito, Carlos García Gual. Leo en su Diccionario de mitos (en la reedición que la editorial Turner publicó en 2017) que Orfeo, quien disfrutaba del “genio de la música”, cuya melodía revestía “un mágico encanto”, que era capaz de conmover a las mismísimas fieras, a las “duras rocas” también, se empeñó en bajar hasta el Hades para rescatar a su esposa, la bella Eurídice, “de la mansión de la muerte”. Convenció con su canto a los soberanos del mundo de los muertos de que le dejaran recuperar a Eurídice, pero… Lo importante de Orfeo es que combatió a la muerte con la única arma de la música inspirada. Algo así como lo que hace John Mellencamp. 

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