La libertad de expresión y los ofendidos

Muchas veces nos creemos armados de razones para ver la estulticia, y disculpamos a quienes hacen chistes que viajan en el sentido de nuestras creencias, pero no a quienes los hacen si tocan fibras sensibles que no estamos dispuestos a consentir. La libertad de expresión y los límites del humor. Ya se sabe.


Existen tres tipos de gente ante las OFENSAS (ofensivas o no): está, para empezar, la gente que se ofende; de resultas de eso hay gente que se ofende por la gente que se ofende; y, finalmente, los que ven cómo la gente que se ofende ofende a la gente que las ofende. Bueno, también los que ofenden con o sin intención de ofender. Cuatro, hay cuatro tipos de gente ante las OFENSAS (ofensivas o no).


Molestarse u ofenderse. Esas son las opciones cada vez que alguien dice algo, aunque sea denostar la letra de una canción pop como si fuera el Mein Kampf.


¿Es superioridad moral querer proteger a las personas que no se consideran agredidas y ni siquiera ofendidas, como las jóvenes a las que sus compañeros universitarios llamaban putas y las gritaron que las van a violar? ¿Quiénes son más imbéciles, los que gritan, los que nos ofendemos o las que siendo las ‘atacadas’ les disculpan?


Finalmente, en el asunto de sentirse ofendido por lo que se lee o se escucha en obras de ficción, en última instancia, se puede considerar que existen dos posturas extremas abiertamente contrapuestas, enfrentadas en una especia de guerra cultural (de esas que tanto abundan ahora, promovidas, casi siempre, por quienes más interés tienen en defender y mantener las desigualdades y la significación individualizada de los más fuertes).

Por un lado, están los que leen textualmente lo que dice una canción o un personaje de una novela, sin más, y se sienten ofendidos como miembros de un colectivo o como los adalides de lo correcto.

Luego, en el extremo contrario, vociferan los que usan esas canciones o esos personajes para hacer daño a quienes se ofenden, también sin más, a mala leche.

 

Me ofende que te ofendas. Cuando te ofendes, ofendes a otras personas. Deberías saberlo antes de ofenderte.

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