Marshall Crenshaw, Los Motels y The Jayhawks



Escuchas una canción y a veces todo se detiene, hay un de repente inaudito en ocasiones, una lenta manera de dejarse excitar en ti, en todo lo que eres tú en ese momento: suena algo delicado o enardecido, algo que suele ser ambas cosas, tenue y feroz, feroz cuando es tenue, sencillo y arrebatador; ya sólo escuchas la música de una canción, ha logrado estrangular todo lo demás, no le es necesario envolverte, tú te arrullas en sus colores sensibles, rozas despiadadamente cada nota, cada gota de su guitarra, cada lamido de su voz, cada brisa de su piano, escuchas una canción y llegas a un Nuevo Mundo, descubres sitios que ya conocías, los ves ahora bajo un sinfín de nuevos silencios, crees saber dónde guardar cada uno de sus sonidos, estás seguro de depositarla junto a tus tesoros, donde acoges a las de Marshall, donde el blues es el Rey, allí, en el lugar de las canciones de él, de Marshall Crenshaw (el auténtico príncipe del pop).

Un control absoluto sobre su estupor y sus labios, suena esa canción de Los Motels y no tengo respuestas, sólo soy mi propio ámbito de humanidad extática, nada más, me gustaría tener alguna necesidad, no sé, es la costumbre, pero únicamente soy capaz de pensar en cuanto amamos, en cuanto quiere ser amado y sabe amar, todo eso debe ser el poder, el verdadero poder, al que le basta con sonar como si la música estuviera siempre en el lugar donde Martha Davis canta y todo es ya lo que era, lo que es.


Una vez le leí a alguien a quien ya no leo que la canción más bonita del mundo es Blue, de otros estadounidenses: The Jayhawks, los de El hombre que amaba la vida… El hombre que amaba la vida canta en una canción de The Jayhawks: piensa en ello ahora que tus problemas escalan hacia tu cerebro como si buscaran una estrella y sólo pudieran escuchar todo el sonido de las mentiras, imagina, cuando salgas de aquel atolladero, que John Lennon supiera qué era la sangre antes de aquel disparo neoyorquino, aquel pobre pequeño pez desorientado, sin música.


Los Motels, pero The Jayhawks… ¿Lo habéis visto?

 

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