Santiago Mitre y Ricardo Darín llevan Argentina 2022 al año 1985


Argentina, 1985
es una gran película que baila continuamente sobre el difícil alambre del horror sin renunciar al sentido del humor que aquí se esparce sutilmente en medio de una historia impactante, tan impactante como la realidad, tan elocuente como la verdad. Nos pone frente a frente a la Argentina casi recién salida de aquella dictadura militar que había sido experta en hacer desaparecer gente y que convirtió en una falsa guerra su terrorismo de estado para poner fin a un terrorismo de extrema izquierda: es la historia real del trabajo humanamente heroico del fiscal argentino Julio Strassera (un héroe que no lo fue o no pudo serlo, más bien al contrario, cuando los dictadores dominaban su país), su segundo, Luis Moreno Ocampo, y su jovencísimo e inexperto equipo jurídico que acusó a toda prisa y bajo amenazas escalofriantes a los principales miembros de las tres primeras juntas militares de Argentina en los años 70 y 80 del siglo pasado. Y todo ello llevado al cine para convertirlo en ese arte universal, porque, como leo a Janire Zurbano en Cinemanía (para quien el film es “emotivo, cómico, impecable”), "cuando el cine se vuelve así de inmenso y universal, solo queda dejarse llevar por la reflexión, el disfrute y la euforia”.

Estrenada en 2022, dura algo más de dos espléndidas horas y fue dirigida por Santiago Mitre, quien además escribió su guion (milimétrico, estupendamente milimétrico) junto a Mariano Llinás. Tener encabezando un reparto al inconmensurable actor argentino Ricardo Darín (un conmovedor Strassera, en el filo del horror aceptado y el horror acosado) facilita las cosas, y aquí volvemos a sentirnos impactados por un ser humano capaz de hacernos creer cuanto se le antoje, cómo fueron las cosas, por ejemplo. Darín está muy bien acompañado por los demás actores, especialmente por Peter Lanzani, Alejandra Flechner y un asombroso Norman Briski.

Como escribiera en El País Elsa Fernández-Santos, Argentina, 1985 "no teme ser lo que es: una película política que apela a la emoción del espectador a través de un personaje que lo acapara casi todo y que solo un actor con la estrella de Ricardo Darín puede llevar a buen puerto."


Tan es así que la prestigiosa y necesaria web cinematográfica FilmAffinity sitúa Argentina, 1985 como la segunda mejor película de lo que llevamos del 2022, como la séptima de las películas argentinas de todos los tiempos y la número 22 de las basadas en hechos reales. Ahí es nada.

 

"Lo acontecido es tan descomunal, tan hiriente, tan literal, que todo empeño de estilo queda laminado por la acritud de lo evidente. (...) Una película que, sobre todo, duele de simple y puro dolor".

Luis Martínez (El Mundo)

 

“Mi país es una herida que no para de sangrar”, cantaba, canta uno de los músicos argentinos más internacionales, el gran Fito Páez. Confiemos en que la pequeña obra de arte cinematográfico que es Argentina, 1985 haya contribuido a cerrar un poco esa herida, o al menos a que cada vez sangre menos.

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