¿Se puede hacer una buena película sobre Elvis Presley?
Sí, Elvis lo es. Elvis es una buena película. Una buena película que estuve a punto de no ver tras leer las primeras críticas profesionales cinematográficas, pero que afortunadamente disfruté después de hacer caso a algunos amigos en las redes sociales que me hablaron de lo que finalmente creo que la película es: una deslumbrante fiesta sobre la tristeza de un genio sencillo.
Estrenada en 2022, las
poco más de dos horas y media de duración de la espectacular Elvis fue
dirigida por el cineasta australiano Baz Luhrmann, basándose en una historia
ideada por él mismo y por Jeremy Doner, que dio en ser un guion escrito por
ellos junto a Sam Bromell, y Craig Pearce. Hay otros dos elemento poderosísimos
que hacen del film una joya arriesgada, la fotografía de Mandy Walker y las actuaciones
de Austin Butler, como Elvis Presley, y un nuevamente estratosférico Tom Hanks,
como el coronel Parker, aquel cara dura tan listo como sin escrúpulos que
modeló la carrera del músico estadounidense más famoso de todos los tiempos.
Y por supuesto la música.
La de Elvis y la que le inspiró y la que se basa en su poderosa atracción para
ser una revisión futurista de sus sonidos.
Leamos a Àngel Quintana en Caimán:
"Elvis retoma muchas cosas de Moulin
Rouge, desde el gusto por los elementos de la gran feria que es el mundo
del espectáculo hasta el barroquismo escénico y el ritmo aceleradísimo (...)
Una película memorable, muy brillante, con algunos momentos antológicos".
O a Javier Zurro en
eldiario.es:
"Luhrmann va hasta el final, sin freno,
con una apuesta excesiva, loca, llena de 'brilli brilli' y muy divertida. (...)
ayuda la interpretación de Austin Butler, menos pendiente de imitar al cantante
y más de transmitir algo parecido a la energía sexual que desprendía
Elvis."
En el cajón más habitual
de los profesionales podemos encontrar toda esta sarta de encontronazos
artísticos:
Uno.
"Se hace raro que
Baz Luhrmann se haya decidido por hacer una película que más parece un
pasodoble para rendir pleitesía al rey del rock (...) Todo se antoja
reiterativo en su espectacularidad sin aliento”. Luis Martínez (El Mundo)
Dos.
"Pasable y olvidable
‘biopic’ sobre el rey Presley (...) no entiendo que despierte pasiones o
aborrecimientos. La veo y la escucho sin que me provoque ningún sentimiento
extremo". Carlos Boyero (El País)
Y tres.
"Puede que esos
obstáculos -el narrador poco fiable, la estrella desubicada- refuercen en
teoría la deconstrucción del ‘biopic’ que propone Luhrmann, pero en la práctica
la película acaba perdiéndose a sí misma en un laberinto de simulacros".
Sergi Sánchez (La Razón)
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