Rosales y la (hermosa) juventud vaciada
El quinto largometraje del cineasta español Jaime Rosales es, como todo su arte cinematográfico, cine sin necesidad de serlo. Hermosa juventud, escrita (junto a Enric Rufas) y dirigida por él, de cien minutos de concisa y necesaria duración, fue estrenada en 2014, y contó con la fotografía de Pau Esteve Birba y, sobre todo, con la interpretación sublime de Ingrid García Jonsson, la excelente de Carlos Rodríguez, Inma Nieto y Fernando Barona, y la sensacional de Patricia Mendy, Miguel Guardiola y Juanma Calderón, los más destacados miembros del reparto integrado, como es habitual en las películas de Rosales, por actores no profesionales y actores profesionales que no actúan, haciéndolo de manera absolutamente creíble, real, como si no lo fueran.
"Los actores jóvenes rebosan naturalidad, los diálogos y las
situaciones son creíbles, nada resulta gratuito o suena a impostura. Es una
buena y necesaria película”.
Carlos Boyero (El País)
Lo mejor que se me ocurre decir de este film ya lo escribió en El Mundo uno de sus críticos cinematográficos, Luis Martínez, para quien "Rosales completa en Hermosa juventud un insoportablemente hermoso retrato del vacío”.
En Hermosa juventud, que va de enamorarse cuando el futuro es
incierto y el presente es solamente el presente, lo que su director logra es
"un magnífico equilibrio entre la innovación y la conmoción”, tal y como
leo en Filmaffinity que Oti Rodríguez Marchante escribiera en ABC.
Algo que admiro especialmente en películas de este tipo es que en ellas se le
dé “la palabra a quien habitualmente carece de ella”, según escribió en Fotogramas
M. Torreiro.
El cine-realidad de Rosales. Enamorarse, España, siglo XXI, escuchando conmocionados a la juventud vaciada.
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