¿Qué es lo que esconde Lo que esconde Silver Lake?
Hay películas que según acabas de verlas, mientras tratas de masticar con no sabes bien qué lo que acabas de ver, no estás muy seguro si lo que has hecho es disfrutar de una arriesgada propuesta artística compleja, a su manera de ser lo que quiera que haya sido, o si lo que ha ocurrido hasta hace unos instantes ante tus ojos y probablemente ante tu alma ha sido un incomprensible desbarajuste genial dotado de una fina y elegante dosis de capacidad turbadora. O bien un simple tostón con ínfulas de arte exquisitamente impenetrable.
Hablo de la película estadounidense Lo que esconde Silver Lake (originalmente
titulada Under the Silver Lake). Ahora que han pasado horas desde que me
quedé a medio camino entre el aturdimiento y la conmoción. Estrenada en 2018,
con una creo que larga duración de veinte minutos sobre las dos horas (muchos
minutos), es obra del cineasta David Robert Mitchell, que la escribe y dirige aprovechando
la muy significativa música de aspecto de cine clásico creada por Rich Vreeland
(cuyo nombre artístico es Disasterpeace) y la fotografía más convencional de Mike
Gioulakis. La interpreta muy convincentemente Andrew Garfield, y otros de los
actores del film son Riley Keough, Callie Hernandez, Topher Grace, Jimmi
Simpson, Riki Lindhome…
Lo que esconde Silver Lake es un thriller, aunque quizás no quiera serlo o lo es a su manera
peculiar, y por eso hay quien la cataloga de cine neo-noir. Ya sabes,
esas moderneces para unos, esas maravillas innovadoras para otros. Y
hablando de unos y otros, te dejo con una reata de afavores y otra de encontras.
Escritas todas ellas por críticos cinematográficas profesionales, eso sí. No
como yo.
A favor…
Luis Martínez escribió en El Mundo: "David Robert Mitchell o el nacimiento de un cineasta prodigio”; vio en su largometraje “un ejercicio de cine lisérgico” y nos dijo que es “la más brillante atrocidad vista en tiempos”.
Para Sergi Sánchez (La Razón), que considera que Lo que esconde
Silver Lake “reparte mil ideas por segundo, a cuál más estimulante “, su
director “ha construido la perfecta película de culto para estos tiempos de
confusión millenial”.
Y Nando Salvá (El Periódico) apuntó que Mitchell “usa un gran caudal
de referentes de la cultura pop para crear algo único y raro”, antes de concluir
rotundo que “puestos a perderse existen pocos lugares donde hacerlo tan
fascinantes y exuberantes como el interior de Lo que esconde Silver Lake".
En contra…
Era de esperar que Carlos Boyero, el irrepetible crítico cinematográfico de
El País, escribiera del film de David Robert Mitchell que "todo es
reiterativo, absurdo y vanamente surrealista en esta modernez”. Según él, la
película “pretende ser excéntrica e inquietante, pero solo despide vacuidad e
impostación”.
En el mismo diario español, Jordi Costa afirmaba que "la película crea
una atmósfera hipnótica, pero acaba pareciendo un producto demasiado
confeccionado a medida para el cazador de películas de culto".
Alberto Luchini (El Mundo), por su parte, opinaba del largometraje
que "es prácticamente imposible entender nada de lo que pasa a lo largo de
dos interminables horas y cuarto, en las que se sucede todo tipo de situaciones
estrambóticas, excéntricas y rayanas en el surrealismo”.
Finalmente, Oti Rodríguez Marchante (ABC) manifestó que Lo que
esconde Silver Lake es "una especie de pastiche en el que se oye la
respiración de Chandler, las obsesiones de Hitchcock y los trastornos de David
Lynch en un surrealista relato”.
¡Y yo que no sé a qué carta quedarme! Bueno sí, Lo que esconde Silver
Lake está a punto de ser una maravilla ingeniosa genuina pero se queda
flotando sobre el cadáver de un fracaso que tienen algo especial, algo quizás
atractivo, quizás soporífero.
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