Akelarre es una fábula feminista que no asusta


Los hombres temen a las mujeres que no les temen
. Esa frase la pronuncia uno de los personajes de la película española de 2020 Akelarre, y yo la remataría con: sobre todo si son brujas. O mejor: y las convierte en brujas.

La hora y media de Akelarre fue (bien) dirigida por el argentino Pablo Agüero, autor del guion junto a Katell Guillou, y cuenta con una espléndida dirección de fotografía, la de Javier Agirre Erauso, también con un reparto razonablemente bien empleado encabezado por la muy estimable actriz Amaia Aberasturi, para mí toda una revelación.


La película se llevó varios Premios Goya, a la Mejor música (Maite Arrotajauregi y Aránzazu Calleja), al Mejor vestuario, al Mejor maquillaje, a la mejor Dirección artística y a los Mejores efectos especiales. Y no me extraña, porque su factura es impecable… Si uno olvida que una película (sea o no de época, esta lo es, enclavada en el siglo XVII vasco español) es mucho más que su parafernalia. Si no, lee a Luis Martínez, quien escribiera en el El Mundo sobre el film de Agüero que "sorprende la tensión preciosista de cada encuadre, entusiasma el tenebrismo grave y profundo, y desalienta el ritual pedestre de un verismo interpretativo tan pomposo y afectado como tristemente melodramático."

Aunque hay quien vio en ella algo maravilloso, Oti Rodríguez Marchante (ABC), por ejemplo, para el cual "la película va de un menos a más formidable, con una primera mitad redundante y machacona, hasta que coge las riendas de la historia un humor malicioso”, lo más habitual es coincidir conmigo, como hacen Carlos Boyero para El País ("la intriga tarda en funcionar; la batalla oral y gestual entre víctimas y verdugos adquiere cierto interés, entro en la trama; es de agradecer que no haya golpes de efecto, esos recursos tan facilones y abusivos”), Enric Albero para El Mundo ("un supuesto relato de terror y reivindicación femenina cuyo esquematismo lastra cualquier intento de profundidad”) o Carlos Losilla para Caimán. Cuadernos de Cine ("cruce inopinado entre película histórica y metáfora reivindicativa, entre fábula feminista y cuento de terror, [la película] nunca acaba de encontrar ni el tono ni la voz que la puedan conducir a buen puerto”.

Esta fábula feminista, que es lo que es, en todo su pretendido esplendor (a veces cómico), no da en ser el cuento de terror que parece querer ser.



Comentarios

  1. A mí me ha gustado. Me ha atraído la imagen de las jóvenes a contraluz, que me ha recordado la de los danzantes de 'El séptimo sello', y la historia, 'Las brujas de Salem' teatralizadas por Miller. Es un trabajo arregladito.

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  2. Eso sí, como me gustan las pelis de buenos y malos, echo en falta la venganza sangrienta de los marineros... Pero no en todas las películas se casan al final.

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