Los orígenes secretos de Galán Galindo


David Galán Galindo publicó en 2016 una novela titulada Orígenes secretos. Pues bien, él mismo dirigió cuatro años más tarde una película (del mismo título) en la que la adaptaba gracias a un guion escrito en colaboración con Fernando Navarro.

La película española Orígenes secretos (cuya música original está compuesta por Federico Jusid y cuya fotografía es responsabilidad de Rita Noriega) tiene la ventaja de durar únicamente una canónica hora y media (la medida más cabal, para mi gusto, de cualquier película que se precie y quiera dejar de arriesgar ya de salida con un metraje exorbitado).


Orígenes secretos parece que pretende ser una simulación cinematográfica de un cómic de intriga, policiaco y, albricias, también de superhéroes. Todo en clave de comedia. No sé si lo consigue, pues su atropellado guion no se beneficia de un pulso narrativo visual que se limita a mantenerle a uno nada más que despierto, meramente atento, vagamente entretenido. A veces hasta te divierte, poco más.

Su reparto está formado principalmente por Javier Rey, Verónica Echegui, Brays Efe, Antonio Resines, Ernesto Alterio, Carlos Areces y Leonardo Sbaraglia.

Hay dos críticas que recojo de Filmaffinity que me ayudarán a encuadrar lo que me ha parecido este deficiente pero no horrible film. Un largometraje que está cerca de ser una buena película de acción y comedia.

Diego Brodersen escribió de ella en el diario argentino Página 12 que "funciona mejor cuando el disparate toma el control y no tanto cuando la parodia es tomada demasiado en serio"; y Elsa Fernández-Santos dijo en el diario español El País que es "un híbrido bien calculado para el voraz consumo imperante pero que desaprovecha el fondo de pérdida y orfandad de la historia".


Actuar en cine, ser actor de películas… Me detengo un poco en esto. Si la película en la que intervienes pide un personaje acartonado, digamos de cómic, en el sentido no peyorativo de la expresión, aunque casi, si tal cosa ocurre, no puedes dejar de ser eso, un actor, un intérprete, la encarnación resuelta de un personaje escrito por otros. Y ahí casi todos los actores de esta película demediada patinan (por culpa básicamente del director que lo consiente), especialmente Efe, pero también y no poco, aunque no tanto, Rey, Areces (menos, porque casi no tienen ninguna vela en este pequeño entierro) y un Resines nuevamente superado. De salvar alguna actuación optaría por rescatar la de Echegui, que al menos suele tener gracia en la cinta, Sbaraglia y sobre todo Alterio (que en una escena da con la clave, su personaje, digo, de todo esto, pero me lo callo para no destriparte nada: te pido, eso sí, que estés atento a lo que dice por ejemplo del Joker en las pelis y tebeos de Batman).

No te la recomiendo pero tampoco quiero quitártela de la cabeza: por eso te hablo de ella. Por si pudiera interesarte.

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