Submarine: todo lo que vendrá después


Submarine
es una película británica de 2010 cuya duración no llega a los cien minutos, con buen criterio, y quizás sea eso, su ajustado metraje, uno de los motivos de que su capacidad para conmover con la sonrisa y la preocupación, ambas, a flor de piel, sea enternecedora.


Richard Ayoade dirige (es su primera película) su propia adaptación de la novela homónima, al parecer muy galesa y debut de Joe Dunthorne (escrita dos años antes), y se vale para construir este film encantador, diferente pero no atrabiliario, de la luminosamente oscura fotografía de Erik Wilson. También de dos interpretaciones de categoría, la de dos muchachos que van camino de ser actorazos, el protagonista del largometraje, Craig Roberts, y una brillante Yasmin Paige, muy bien secundados por Sally Hawkins, Paddy Considine y Noah Taylor.

La película es divertida y he leído por ahí que está llena de verdad adolescente. De lo que no me cabe duda es del talento en ciernes de Ayoade, Roberts y Paige. A mí me ha dejado una extraordinaria sensación de disfrute ante una pequeña obra de arte construida desde los sentimientos que afloran cuando la vida está delante de uno y uno comienza a entender, seguramente mal, lo que vendrá después. Todo lo que vendrá después.

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