El pájaro carpintero de McBride y Hawke

Las palabras no bastan, lo que se necesita es acción. Más o menos esto es lo que defendía el combativo y combatiente abolicionista estadounidense John Brown, ajusticiado en 1859 acusado de sedición, aunque más bien lo que hizo y consiguió fue intentar provocar lo que finalmente acabó por producirse: la Guerra Civil estadounidense. Antiesclavistas así los quiere Dios, podría haber dicho también de sí mismo y de los suyos el tal Brown, una figura controvertida que actuó, desde una profundísima convicción religiosa, cristiana, inflamado por un objetivo que acabaría con su vida: poner fin a la indignidad asesina del sistema basado en la esclavitud liberando a todos los negros de su condición cautiva.

Pues bien, acabo de ver una serie magnífica con él como protagonista. Trepidante, una pequeña obra de arte de siete capítulos de unos 45 minutos cada uno, rodada con un gusto fotográfico e interpretativo extraordinario. (Y aderezada por canciones extemporáneas pero magníficamente ad hoc, puro góspel del siglo XX.) Hablo de El pájaro carpintero (cuyo título original es The Good Lord Bird), una obra cinematográfica para televisión, una serie televisiva, sí, emitida en este año pandémico 2020. Estadounidense, claro.

Los capítulos de la serie han sido dirigidos por Albert Hughes, Haifaa Al-Mansour, Kevin Hooks, Darnell Martin o Kate Woods, pero lo esencial es la idea, que es de Ethan Hawke, digamos que el creador de esta maravilla llena de ritmo y de pulso narrativo. Hawke adapta, junto a Mark Richard, Kristen SaBerre y Erika Johnson la novela homónima de James McBride (The Good Lord Bird), premiada en 2013 con el National Book Award, el Premio Nacional del Libro estadounidense. Gran parte del mérito de la película (porque una serie televisiva de estas características no deja de ser lo que llamamos una película, pese a que en realidad nos cueste llamarla así) está en la fascinante fotografía de Peter Deming. Impactante, acertada.

Y luego están, claro, los actores, encabezados por un sublimemente alucinado y alucinante Ethan Hawke y el protagonista de la novela y la serie, su narrador, los ojos de cuanto vemos, el joven Joshua Johnson-Lionel, un descubrimiento de altura.

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Expansivo y nada neutral. Así me gustan a mí las películas y las novelas. Que para pretender la imposible objetividad y eliminar la arbitrariedad del artista ya tenemos los libros de los historiadores.

No existe del todo la belleza sin la justicia. Creo que eso es lo que nos cuentan Hawke y McBride, en definitiva: la fábula del pájaro carpintero.

Este texto pertenece a mi artículo ‘Un expansivo Ethan Hawke y la fábula del pájaro carpintero’, publicado el 20 de noviembre de 2020 en Analytiks, que puedes leer completo EN ESTE ENLACE.