El crack antes de El crack: Garci ¿un clásico?

El crack Cero es la precuela de la serie de dos películas fundamentales en el cine negro español, también dirigidas por José Luis Garci: El crack (1981) y El crack II (1983). Estrenada en 2019, El crack Cero dura dos horas medidísimas, está escrita por el propio Garci y Javier Muñoz y suficientemente bien interpretada por Carlos Santos y Miguel Ángel Muñoz, que remedan respectivamente con éxito a los dos gigantes que protagonizaron las primeras películas de la ya trilogía, un genial Alfredo Landa como el detective Germán Areta y un fabuloso Miguel Rellán como su ayudante el Moro.

La película es una manera insuficiente de iluminar desde la oscuridad la Transición, una película poco involucrada con el decisivo tiempo en que transcurre lo que en ella se cuenta. Madrid, 1975, pero como si nada… Sólo le interesa a Garci su Areta y el pasado (inmediato) del detective y tratar de inmortalizar unos modos artísticos clásicos para lo cual el uso espléndido del blanco y negro (magnífica la fotografía de Luis Ángel Pérez) no bastan.


Garci afirmó en los días de su estreno que lo que pretendió rodando El crack Cero ("una película pequeña, sin pretensiones") fue "hacer una película de otro tiempo", y es lo que hizo:

"¡Qué iba a hacer yo si no es esto!"

Y dos críticas que se contradicen. Yo me quedo en medio.

"El olor a naftalina está presente en cada secuencia de este filme que se mueve a trompicones (…) Personajes que lanzan concienzudas sentencias y que disertan como sujetos literarios decimonónicos (…) Todo es nostalgia de un tiempo y de un cine desaparecidos sin remedio."
Miguel Ángel Palomo: FilmAffinity

"Una película de otro tiempo. Una reliquia meticulosa y calmada (...) tan deliberadamente antigua, tan suya, tan insólita, tan valiente, tan suicida, tan desigual, tan personal, que se da la vuelta: igual es lo más fresco, por distinto."
Javier Ocaña: El País

Comentarios

Entradas populares

Los textos incluidos en este blog son propiedad exclusiva de sus autores. Se permite su uso y reproducción, siempre y cuando se respete su integridad, se cite la fuente y su utilización no busque fines comerciales ni implique la obtención de ingresos económicos de cualquier tipo.