La Historia ayuda a distinguir a los muertos de los vivos

¿Qué pasa cuando estudiamos el pasado y queremos explicarlo como una derrota, como el tiempo en el que los nuestros perdieron, una guerra, sin ir más lejos? ¿Escribimos Historia cuando vamos al pasado a explicarles a los nuestros que hubo un tiempo que aún perdura, que no se ha restablecido todavía, en el que fue derrotado aquello que seguimos sin poder ser completamente? ¿O lo que hacemos es reivindicar eso a lo que se llama memoria histórica como el relato necesario que sirva para erradicar lo que pasó y volver a fundar el futuro de lo que hubo de haber pasado?


Lo que ya no importa: ficha de marinero del abuelo materno del autor


No, perder no es bueno. Saber perder no corrige el dolor de la derrota. Saber entender el pasado sí. Saber entender el pasado sí corrige el dolor de la derrota. Porque explica quiénes fueron derrotados, cómo y cuándo y por qué fueron derrotados. La Historia ayuda a distinguir a los muertos de los vivos. Para perder se necesita vivir. Mi abuelo materno sí perdió una guerra. Y a punto estuvo de perder la vida por perderla. Yo sé por qué la perdió y por qué su derrota ya no importa.

Este texto pertenece a mi artículo 'Lo que ya no importa: la Historia, la derrota', publicado en Periodistas en Español el 17 de marzo de 2019, que puedes leer completo en ESTE ENLACE.

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