Más palabras sobre las palabras

En esas historias que nos cuentan los novelistas hay mucha verdad impresionante, mucha certeza de lodazal y montaña.

¡Cómo nos secuestran las buenas novelas, los cuentos universales que transcurren en una alcoba o en el curso infinito de algunos ríos! Nos llevan a espacios donde los segundos se escurren, nos trasladan sin raíles ni asfalto ni nubes a una manera de oler el tiempo en pulgadas y en acres.

Yo no recuerdo que ni una sola de las novelas que me han ido construyendo tuviera esas grietas que dicen ahora que es por donde se escapa la realidad para llegar hasta nosotros: tendrían eso sí abismos y árboles de esos gigantescos que al caer en medio de un bosque creemos que estamos soñando en árboles gigantescos que caen en medio de un bosque; tendrían, si acaso, seres de carne y hueso, de sangre y latidos, amigos y enamorados, sirvientes y dueños, guerreros y poetas, profesores y alumnos, padres e hijas, esclavas y monjas, aristócratas y peones camineros, mujeres de armas tomar y mujeres maltratadas, hombres eunucos y hombres asesinos, carpinteros y dioses. No sé.




Este texto pertenece a mi artículo 'Contar historias, escribir cuentos, leer novelas…', publicado en Periodistas en Español el 3 de febrero de 2019, que puedes leer completo AQUÍ.

Comentarios

Entradas populares

Los textos incluidos en este blog son propiedad exclusiva de sus autores. Se permite su uso y reproducción, siempre y cuando se respete su integridad, se cite la fuente y su utilización no busque fines comerciales ni implique la obtención de ingresos económicos de cualquier tipo.