El escritor español Albert Sánchez Piñol es uno de los mejores literatos vivos que haya leído yo jamás. Escribe en catalán, habitualmente (sus novelas Victus y Vae Victus, pese a ser las más catalanas de sus obras están escritas en castellano), y las traducciones de sus libros son buenísimas.
He leído toda su narrativa y me atrevo a ordenártela de mejor a peor. Mejor dicho, desde el libro que más me ha emocionado hasta el que considero prescindible si no eres un mega fan de su escritura y del catalanoidismo irredento de alguno de sus libros.
Voy.
Como su novela Compañía difícil, de 2000 (co escrita con Marcelo Fois) no la he leído la dejo aquí, fuera de esta lista. Lo mismo le pasa a su primer libro de relatos (Las edades de oro, de 2001).
TAMBIÉN EXCELENTES SON su perfecto y muy medido libro de relatos Trece tristes trances, de 2008, y su exagerada y militante falsa novela histórica Victus, de 2012.

MUY PRESCINDIBLE ES el chicle estirado que acaba por ser su novela, continuadora de la catalanísimamente hiperbólica Victus, titulada no en vano Vae Victus, de 2015.
Pese a lo dicho de su más reciente obra literaria, estoy deseando que Sánchez Piñol publique su siguiente libro narrativo. Por muchas razones.
IMPRESCINDIBLE ES su fabulosamente fabulada novela La piel fría, de 2002.
EXCELENTE ES su imaginativa y metaliteraria novela Pandora en el Congo, de 2005.
TAMBIÉN EXCELENTES SON su perfecto y muy medido libro de relatos Trece tristes trances, de 2008, y su exagerada y militante falsa novela histórica Victus, de 2012.

MUY PRESCINDIBLE ES el chicle estirado que acaba por ser su novela, continuadora de la catalanísimamente hiperbólica Victus, titulada no en vano Vae Victus, de 2015.
Pese a lo dicho de su más reciente obra literaria, estoy deseando que Sánchez Piñol publique su siguiente libro narrativo. Por muchas razones.


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