20 MICRORRELATOS Y UNO DE REGALO (TOMA TRES)
piensa en ti, la dice
una bala de cañón surca un
cielo ya plomizo dispuesta a caer en el patio donde los dos hermanos juegan por
última vez
miras al edificio que hay
frente a tu gran ventanal y ves cómo sobre una estrecha cornisa se coloca la
mujer que ya conoces para otear el vacío y tu grito es insuficiente y lento y
ridículo, y cae…y su grito sí es firme, total, vertiginoso, insufrible aunque
dolorosamente hermoso
es ya la sala de cine un reducido
espacio en el que algunas parejas renuncian a mirar la pantalla y se disponen a
olvidar que fuera hace frío, que fuera transcurre la vida que tendrán
te noto tonto,
le había dicho; respondió, ¿y eso?;
para escucharla, porque aun no me has
besado; en efecto, sucumbido a la derrota de los tres meses científicos de
euforia, ya no estaba enamorado, solo la amaba
extenuado por la carrera el
policía comienza a detener sus frenéticos pasos mientras ve cómo en la lejanía
la mujer que huye abandona su alocada carrera y vuelve hacia él caminando
decidida pero sin prisas para decirle nunca
me tendrás
es un dolor en el brazo que
te produce una insoportable sensación de herrumbre y desavenencias, es tal el
dolor que no puedes recordar qué haces tumbada en medio de la calzada, desnuda
el perro sabía silbar
ella aguantó la ansiedad al
principio, cuando él enloquecía solo con pensarla, semanas más tarde él ardía
al saberla suya y ella comenzó a sentir nostalgia de no poder besarlo a todas
horas
la liebre corretea ágil y
discreta en medio del estrecho valle hasta que no es más que un vientre
despanzurrado y unas orejas muertas
el disparo le ha reventado
los oídos y al animalito le ha volteado por encima de la zarza a cuyo pie se
encontraba la conejera ya repleta de anónimos seres muertos de miedo
es la espada un atributo más
de su señorial presencia de caballero de linaje ancestral, la prolongación
inmisericorde de una nobleza predispuesta al privilegio inmerecido, el eslabón
entre el futuro también suyo y el pasado inventado que es símbolo a su vez de
una facultad para la que ya no hay disciplina desde hace siglos
alza la batuta con su mano
derecha hacia un cielo en el que ya no está la música que soñó porque aunque la
escucha no reproduce la melodía ni transmite las vibraciones deseadas pues no
es ya más que una catarsis sin sentido aunque aun aliviadora del miedo al
sonido inclemente y rebelde
tienes una tos cavernosa,
oscura y atronadora, una tos que augura pocos momentos felices, que recuerda e
incluso parece que llama a la muerte, y es la mina todavía un recuerdo cercano,
demasiado cercano
duerme con la lanza aun
clavada en el costado, y sueña que tiene una lanza clavada en el costado
un enigma devora su cerebro
desde hace semanas enteras, no le deja tiempo para otra cosa que no sea
encontrar su solución, y su vida, entre tanto, se agota
levanta la tapa de la
alcantarilla instantes antes de recordar que esa salida es la única de la
jornada sobre la que estaba avisado: da a una calzada muy concurrida; hay que
estar a lo que hay que estar
el cajero automático no me
devuelve la tarjeta de crédito, pero a cambio me regala una voz nada
electrónica, melancólica y cadenciosa, la de una mujer que me pide fuego
sin aire
enciendes enardecidas
pasiones descabelladas desde las ondas a las que lanzas tus invectivas y no
puedes ni imaginar que tú mismo serás la primera víctima de la sangrienta
guerra civil que te has permitido desencadenar
porque te amo amor mío sin la
urgencia de los instantes, porque te amo amor mío sin la necesidad de las
mantas, porque te amo amor mío sin la sinceridad de los libros, porque te amo
amor mío sin la fascinación de los bólidos
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