El escritor José Mauro de Vasconcelos le hablaba a una planta

A mi planta de naranja-lima
la llamo Minguito
para hablarla y ser el mundo.

Soy un niño inadecuado,
un niño con demasiada alma de niño,
soy un niño aterrado por el hombre
que ya soy siendo un niño.

A mi planta de naranja-lima
no le digo todo:
que el dolor puede ser de piedra
o que el Portuga se ha muerto
son cosas que me callo
y al callarlas me devuelven
al futuro donde seré un escritor,
el escritor José Mauro de Vasconcelos
al que no le gustará que le digan
que es un escritor
porque él es, ante todo,
nada más
y nada menos
que un ser humano.

Eso es todo, Minguito,
algún día yo también me moriré,
pero ese día ya ha pasado.

Y ahora los que leen
las cosas de Vasconcelos
se quedan dudando
si han leído un cuento
o si han bebido
millones de tragos de eso
que es sin duda la vida,
la vida de otros,
la vida enganchada
a la rueda trasera de un coche.

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