Hace 50 años, los cumplió en el arranque de este 2017, de la
publicación del primer disco sencillo de la banda californiana The Doors: Break On Through (To the Other
Side), un disparo de nieve ardiendo que todavía hace mella en los oídos
de los seres vivos.
Todo había comenzado cuando en 1965 Jim Morrison conocía a un degustador del blues de Chicago llamado Ray Manzarek, un teclista que ya
olfateaba el poder roquero de la música electrónica. Un año después ambos se
unen al baterista John Densmore y al
guitarrista Robby Krieger y
comienzan a tocar con un nombre extraído de un poema de William Blake, ese que dice aquello de “Si se purificaran las
puertas de la percepción, todas las cosas resultarían infinitas para el
hombre…”.
Lo que vendrá después, hasta el repentino fallecimiento en 1971 de
Morrison, que le llevará al ¿dudoso? honor de ser uno de los muertos vivientes
más famosos de todos los tiempos, es la acelerada historia de una de las
páginas más excitantes del rocanrol del siglo XX.
Puedes leer completo el texto de mi artículo “The Doors. ¡Qué extraña que es la gente!”, publicado en Moon
Magazine, en ESTE ENLACE.
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