
La novela que leeré tarde o
temprano de Ignacio: Los demonios de Berlín, de 2009, la
continuación de El tiempo de los
emperadores extraños, también protagonizada por el ex comisario, ex guripa,
Arturo Andrade. Y la leeré porque me
han dicho que tiene de Kerr y
Pérez-Reverte lo que a mí me gusta. Así que, decidido, la leeré.

Herrero traza una película muy
suya, muy de esas en las que todo lo brillante que hay parece no salir de su
dirección sino del material anímico que producen los actores y el guion
aposentados sobre las imágenes que dan en ser finalmente sus filmes. Silencio en la nieve no emociona, pero es tan convincentemente real-irreal que uno
disfruta del espléndido diseño de producción que nos hace habitar ese ambiente
de abismo helado y helador e incluso pensar en que la novela de Del Valle es
tan buena como nos dijeron.
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