-¿Tú le entiendes?
[El muñeco les habla
enrevesadamente al monje que lleva un cáliz y al soldado que se lleva a sí
mismo. Parece Castilla, algo de Castilla, y hace frío. ¿Y si es Teruel? Lo que
es sin duda es la Guerra Civil. Eso es lo que pasa mientras los tres están
sentados en una cantina repleta de humo y de olor a comida de guerra. La Guerra
Civil española. Eso sí que es una guerra (civil). Y el monje, con cuidado de no
volcar lo que parece que lleva dentro el cáliz que porta, le pregunta al
soldado, que parece que va a responderle…]
-Más o menos. Oye, muñeco verde
vestido de pordiosero, o como te llames…
-Jedi soy me llamo Yoda.
-Bueno, lo que sea, óyeme, ¿sabrías
decirme cuánto queda para llegar al final de la guerra esta fratricida?
-Háblale bien que, como chamulla el
menda, no se va a pispiar.
-Pues anda que hablas tú clarinete,
monje monjete.
[Afuera llueve. Que quede claro.
Aunque no venga a cuento. O sí. Lo de monje monjete, el soldado se lo ha dicho
al que le acompañaba antes de llegar el muñecote verdoso que también parece un
monje medieval, deformado.]
-Guerra no acabar nunca, prepárate
tú para guerra si paz quieres. Sivispaquemparabelum, que decía mi padawan, que
lo tenga la Fuerza en su Gloria Lasso.
-¿Gloria Lasso, pada uan? ¿!No me
digas que voy a ser soldado toda mi vida¡?
-Y lo que morena rondarete yo a ti.
[Se ríe por lo bajini pero se le
entiende todo al muñequito de color moco-moco. Los otros dos le miran de hito
en hito, ahítos. Habla el soldado…]
-Me dijeron que conocería mundo
cuando me alisté. Pero sólo he visto Palencia, la provincia. Y mal.
Porque aquí
casi no hay guerra. Pero me cuentan que…
[Estamos en Palencia: confirmado.]
-Para guerra la que hay cerca de
Madrid, en Useras y en Argüelles. Yo no soy monje en realidad. Ni quiero. Lo
que no recuerdo es cómo he llegado hasta esta cantina de mala muerte.
-Muerte siempre mala es. La vida
nunca tiempo suyo tiene. Al corazón, las raíces.
[El soldado y el monjemonje, que
cae ahora en la cuenta de que qué hace el vestido de monje y se está bebiendo
lo que quiera que lleve en el cáliz, que le sabe a rayos, se levantan de la
mesa y de consuno pagan sus consumiciones mientras el moco verde tararea una
canción tan incomprensible como su aspecto, su dicción y la guerra esta de los
cojones.]
-Lo del ojo no era nada y en la
mano lo llevaba. Nada era y llevar en la mano el ojo lo llevaba.
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