Todo aquello que no necesita un lugar
para ser,
cuanto flota,
ajeno a los ojos de la Tierra,
dentro de un relámpago invisible.
y avanza sin detenerse
sobre el temible capricho de la muerte
hasta decapitar el silencio
con una lentitud de súbito armisticio.
Todo aquello que sin transcurrir
hace de la tristeza
una colección antigua
arrinconada en un baúl
colmado de lo añejo.
Todo aquello que ahora vive en ti,
y en tu dolorosa alegría
de siglos,
necesita sobre todas las cosas
únicamente tu corazón.
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