
¿Somos instantes desarraigados y
efímeros?
Nos recordamos en ellos y en esa
memoria de ellos añoramos lo que fuimos, lo que dejamos de ser, lo que no
pudimos ser.
Cuando creemos amar no sentimos lo
que sentiremos ni lo que sabemos, sólo somos un punto de fuga en la vorágine
universal.
Una cicatriz en un soplo elemental
de vida oculto en la nada.
Sara Mesa no ha logrado emocionarme
con su Cicatriz, pero casi.
No ha conseguido que su novela y yo
nos llevemos bien, aunque ha hecho todo cuanto está en su mano de escritora
relevante.
No importa.
Nadie es perfecto.
Comentarios
Publicar un comentario
Se eliminarán los comentarios maleducados o emitidos por personas con seudónimos que les oculten.