¿Qué es poesía? Y yo te respondo


Dijo una voz popular,
la de Gustavo Adolfo,
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?

Y yo te respondo 




I


En un rincón,
acobardada,
se lame la poesía sus huesos
de oveja blanquecina,
inquebrantables,
que ni las guerras civiles
pueden herirlos,
que ni todas las mareas
son capaces de ahogarlos,
si acaso un llanto en un verso,
tal vez,
tendría la fuerza de la muerte,
el inextinguible poder
de los cementerios
y su eternidad de ráfaga:
lamentarse es inútil,
poesía,
tú refulges incluso trastornada,
fundes las almas
de quienes te odian
y con su magma naranja
creas espíritus para el baile,
enamoras canciones
únicas y de viento,
eres exacto reflejo
de cada noche plena;
gracias te doy
por tus versos
para la vida y sus confines.


II


Podría escribir
la clase de poesía de alabanza enardecida ,
esa de sultanes del silencio,
la acomodada nada de las esferas,
pero también podría estarme quieto,
haciendo que sueño,
soñando que escribo a las montañas
o a los parques y a las ventanas con tiestos,
suspirando el tarareo de una canción
o la suave brisa de un acorde…
Podría ser majestuoso o no serlo,
deciros que os amo,
deciros sed dioses como si lo fuerais a ser,
podría escribir un verso a las piedras,
a las ortigas y a las sirenas:
ortigas de piedra que amenazáis a las sirenas.
Os amo, cantan los Stones,
y yo sigo aquí,
esclavo de vuestros pies,
embobado con ese aluminio del Universo,
con todo su esplendor de gases y estrecheces enormes,
a punto de escribirle lo que quiera escuchar,
todo lo que tú y yo le debemos,
todo cuanto nuestra especie es incapaz de gritarle
porque le teme más que a un nublado.


III


al vuelo de las almas lo llamamos poesía
a ese ser frescor de una mañana de verano lo llamamos poesía
a la languidez de la oscuridad final en los días de trueno la llamamos poesía
al vértigo de las fuentes lo llamamos poesía
a la certidumbre de las palabras como flechas la llamamos poesía
al derrotar de los cuerpos cuando son delirante amor y son de sangre
lo llamamos poesía
al cielo de las montañas desnudas y geológicas lo llamamos poesía
al destino de cada instante sin morir en el pasado lo llamamos poesía
a la poesía escrita sobre cada parto y cada primera respiración la llamamos vida


IV


qué poema ni qué zarandajas
tú escribe, que algo queda
saca eso que hay dentro
dentro de ti, sin ir más lejos
vuélcalo acrobático en esta pantalla
venga, así, hazlo
deja a los poetas poetizar su poesía poética de dueños de las palabras
y admira a los verdaderos escritores de versos siéndolo
no te fijes demasiado en ellos
en sus versos
si acaso huélelos levemente
así, con cierta displicencia
aspira, con suavidad
no te vayas a embriagar en exceso
sólo lo necesario
una embriaguez como de aleteo etéreo
estéreo también
y deja de pensar en poemas
en escribirlos
en acercarle a nadie lo que no quiere
aunque bien pensado
pueden mirar hacia otro lado
como hacen con tantas cosas
como hacemos con casi todo
mirar hacia otro lado
hacia donde las sílabas están muertas
hacia la noche de los filósofos
hacia el prestigio de lo efímero
hacia la prestancia de lo desconocido
de lo que es el tesoro de los elegidos
el planeta de los poetas que no escriben poesía


V


No he leído a Pound
Ni mucho ni poco
Pero debe molar
Mucho mucho mucho
Enredar el tiempo en el hilo de las volutas de un cigarro no es poca cosa
Y ese verso demasiado largo
Me ha salido
Mucho
No volverá a ocurrir
se lo debo a Tennyson
no vaya a ser que su sangre se vaya a helar tenuemente
la de Tennyson digo
tendré que leer más poesía
de la buena
no de esta que me hace escribir estas memeces
poesía de poetas poéticos y proteicos
invulnerables en su vulnerabilidad asmática
poesía de versos versados en el verso
libre o preso
en el verso
sigo
en el verso de versículos avinagrados
tendré que leer poesía, mejor dicho
poesía a secas
no ‘más’ poesía
leer ‘algo’ de poesía
la que leen los malditos poetas malditos
esa poesía que mima las palabras
como mi mamá me mimaba a mí
mimeconmigo
poetas excelsos os saludo y os envidio
qué catadura la de vuestras cárnicas palabras carnosas
cuánta fortaleza y emoción lunática
brindo por vosotros
por vuestra embriagadora terquedad ensimismada
en sí mismos sois mi lumbre
pero me dais una pereza…


VI


¿para qué sirve un poema?
¿es algo así como un clavo o como una persiana?
o es más bien un etéreo suspiro de delicadeza marmórea
o tal vez un rotundo mazazo de espléndida sutilidad
¿sirve para fijar en un muro lo que la memoria olvida?
¿es útil como disolvente de la tristeza insolente?
o no es más que un agujero negro donde dejarse ir
o quizás una nube fascinante donde ser adorado y adorar
¿para qué nos sirve la poesía?
¿es tan necesaria como la música o como lo son los latidos?
o ni siquiera es más que el sueño de un demente fascinado
o no es sino un menguado alimento de nuestra alma dolorida
de nuestro espíritu de ángeles caídos a la espera de la noche


VII


sin poesía la vida es la de los estorninos
un baile sin el pálido espejo de la música
es un balcón atrabiliario ajeno a las flores
por eso los versos han de brotar en las aceras
percutir en las yemas de nuestros dedos
hacerse luz y hacerse agua potable
necesitamos oler poemas a todas horas
escuchar recitales de miradas enamoradas
estrechar en nuestras manos otras manos
abrazar los latidos inseguros que nos rodean
depositar en nuestra memoria cada deseo
cada lámina de ventura y cada beso absorto
no podemos vivir sin poemas ni canciones
no podemos ser eso que somos sin hechizos
porque estamos hechos de empuje y de labios


VIII


poesía intensa la dicen
de la que cala
no de la que moja, no
de la que penetra en los huesos
hasta el alma llega
versos donde las palabras flotan
en los que el abismo aparece
y desaparece
no es que vaya y venga
es que el abismo está ahí
a los pies del lector
en las venas del poeta
abisal
el poeta, digo
poemas abisales de poetas intensos
versos profundos y muy altos
de una altura inconcebible
blanca
espacial, lunática, marciana
jupiterina
versos que brotan antes que las mismísimas letras
versos de un ritmo que ensimisma
un ritmo que escabecha a la prosa
que sugiere un mundo
ay esos poetas buenos
esos poetas finos
lorquianos
cernudianos
machadianos incluso
poetas a la violeta
de una intensidad abrumadora
convincente de puro gusto
menos mal que sois sentimiento
sois esos sentidos sinestésicos
una delicadeza líquida sois
aérea
amos de los versos de los poemas
cancerberos de la poesía
gracias por arbitrarnos la vida


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