“Sniff'n'The Tears es música para los años 80. Esperemos que este sea solo el comienzo de una nueva era de la música que se mantendrá mucho después de que haya terminado el último baile”. Eso escribió en la aclamada revista musical Billboard Ed Harrison cuando en 1979 apareció en Estados Unidos Fickle heart, publicado un año antes en Reino Unido, el primer disco elepé del grupo británico de rock Sniff'n'The Tears, donde se encontraba la canción Driver's seat.
A la venta
en noviembre de 1978 como la cara A del que sería en realidad el segundo
sencillo de aquel álbum, de Driver's
seat (que dura cuatro minutos en
la versión del elepé y dieciocho segundos menos en la del single) escribió Tony
Parsons para otro medio de relumbrón, New
Musical Express, donde fue
seleccionada como single de la semana, que era una canción que pertenecía a “una
especie rara: música de baile que no es música disco” y pareciera como
si el grupo The Zombies estuviera haciendo una audición para el grupo Poco:
“Esos ritmos de jungla fantasmagóricos cubiertos con un brillo suave
con acabado de emulsión y, por lo tanto, aún más inquietantemente hipnótico”.
¿Cómo resistirse?,
se preguntaba Parsons.
La canción
decía “Pase lo que pase, voy a bailar todo el día / problemas y conflictos / ella
tenía otra forma de ver la vida / levanta tus pies, tienes que moverte al ritmo
del ritmo / no hay élite / solo toma tu lugar en el asiento del conductor”. Ya
sabes, las letras de las canciones pop.
Sniff'n'The Tears, en marcha digamos desde 1974, era la banda del también pintor Paul Roberts, su cantante y compositor. Cuatro años después grabaron las canciones que se incluirían en Fickle heart. Roberts añadía guitarras acústicas a su voz, en tanto que el otro miembro singular del grupo era el productor del disco, Luigi Salvoni, baterista y percusionista además. Mick Dyche tocaba las guitarras, también Loz Netto, Chris Birkin el bajo, como Ron Lawrence, Alan Fealdman tocaba los teclados, el sintetizador era cosa de Keith Miller y Noel McCalla y Jim Nellis hacían las voces corales. Por aquel entonces, según explica el propio Paul Roberts (autor de las pinturas que aparecen en las portadas de los discos de la banda y en la actualidad ciertamente cotizado y de obra muy expuesta), “la música estaba en pleno proceso de post punk, más tarde llamado new wave, lo que en realidad significaba: todos esos roqueros de pub que no se habían sumado a la revolución punk”.
“Dos sellos discográficos independientes de esa época eran Stiff y
Chiswick. Stiff con Ian Dury, Graham Parker y Elvis Costello y Chiswick
con Johnny Moped, Rocky Sharpe, Radio Stars y más tarde The Damned”.
Y Sniff'n'The Tears.
¿Quién
mejor que el propio Roberts, su compositor, para hablarnos de Driver's seat?
“Nació una tarde de verano de 1973. La encarnación original de Sniff'n'The Tears había conseguido un pequeño número de seguidores en el circuito de pubs y clubes de la época y yo estaba compartiendo habitación en Hammersmith con un ratón y un frigorífico muy ruidoso. Había salido a dar un paseo, después de que el ratón se hubiera despertado al combinarse con el frigorífico para perturbar mi ensoñación, cuando un riff empezó a molestarme, un riff tan compulsivo que no podía dejarlo pasar. Al volver a mi humilde vivienda, encontré acordes que complementasen este fantástico riff y escribí la canción. Todo cobró forma muy rápidamente. Más tarde descubrí, para mi consternación, que el riff tenía más que un parecido pasajero con uno perteneciente a una canción de los O’Jays. Sin embargo, la canción que quedó parecía funcionar muy bien sin él. No hice la canción con la banda en ese momento, ya que poco después me fui a Francia y me quedé dos años. Mientras cantaba en un restaurante de París, la canción se hizo popular, así que cuando regresé a Londres para hacer algunas demos con Salvoni y los chicos, Driver's seat estaba entre ellas”.
Cuando se grabó en 1978, se decidió cambiar el comienzo de la canción de forma que se arranque fuera suave: la guitarra acústica de Roberts toca un riff sencillo al que, lentamente, se le unen sucesivamente el teclado para marcar el ritmo y los demás instrumentos (batería, bajo), hasta el paroxismo de la llegada de una guitarra eléctrica justo antes de la voz del líder. Esa voz...
Sniff'n'The Tears iba a ser
música para los años 80, pero no lo fue. Lo que acabó siendo fue un one-hit-wonder (que
aún saca elepés de vez en cuando). No obstante, es difícil no sentir un débil
estremecimiento cuando uno escucha el comienzo preciso de Driver's seat. (Yo lo llevo haciendo desde mis dieciséis años).
Un solo éxito, pero qué éxito.
“Nunca
recordaré mi tiempo contigo”.
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