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Cuando Elvis Costello y Nick Lowe cantaban que escribían un libro

Inglaterra, la segunda edad dorada del pop británico (antes de aquello del british pop). La new wave.

Dos canciones.

When i write the book (compuesta por Nick Lowe): 1980, Seconds of pleasure, Rockpile (N. Lowe, Terry Williams, Billy Bremner y Dave Edmunds).

Everyday i write the book (compuesta por Elvis Costello): 1983, Punch the clock, Elvis Costello and The Attractions (E. Costello, Steve Nieve, Bruce Thomas y Pete Thomas).


Costello siempre ha renegado de esa excelente canción que es Everyday i write the book (llegó a decir que no es más que “una mala canción de Smokey Robinson”: aunque no sé bien si eso es una falta de consideración), él que quince años después de mostrárnosla en aquella maravilla que era su álbum Punch the clock, el octavo suyo —donde sonaban otras joyas pop como Let them all talk, The greatest thing, la sensacional Shipbuilding, T.K.O. (Boxing Day) o Pills and soap—, admitió que es la canción de aquellos tiempos en la que gastó una menor inversión emocional, pero que acabó por gustarle a todo el mundo que la escuchó. A mí, sin ir más lejos. Todavía la amo.

 

          “Capítulo uno: realmente no nos llevamos bien.

Capítulo dos: creo que me enamoré de ti.

Dijiste que estarías a mi lado en medio del capítulo tres.

Pero volviste a las andadas en los capítulos cuatro, cinco y seis”.

 

Everyday i write the book le sirvió a Costello hace unos años para evidenciar la influencia que Nick Lowe —productor entre 1977 y 1981 de sus cinco primeros álbumes: los colosales My aim is true, This year’s model y Armed Forces, el portentoso Get happy!! y Trust (coproducido junto a Roger Béchirian)— ha ejercido sobre su música, sobre todo como compositor, y no hay mejor manera de apreciar eso que comparar aquella canción de 1983 con When i write the book. Tomar señales de Lowe lo llamó el creador de I want you. Señales del creador de Cruel to be kind. Señales. Todos los días escribe el libro.



 

When i write the book era la cuarta canción de la cara B del elepé Seconds of pleasure, de Rockpile, un disco en el que también hay otras dos canciones absolutamente majestuosas, inconfundibles monumentos pop: Heart y Now and always. Rockpile era la banda que (sin nombre) ya había tocado junta en varios álbumes en solitario de Lowe (Jesus of Cool, de 1978; y, especialmente, el sensacional Labour of lust, un año posterior) y Dave Edmunds (Tracks on wax, de 1978, y, sobre todo, el magnífico Repeat when necessary, del 79), si bien Seconds of pleasure sería el primer (y único) álbum lanzado con ese nombre artístico definitorio.


El primer elepé en solitario de Edmunds, de hecho, se llamaba Rockpile y en él, en 1972, ya tocaba la batería en dos canciones Terry Williams. En su disco de 1981, Twangin... (donde había una canción de Rockpile compuesta mayormente por Lowe: I’m only human), también tocaban los cuatro.

 

“Y cuando escriba el libro sobre mi amor

será una publicación popular, también dura

cuando llegue a las páginas de todo lo que perdí.

Llegará disparado a la cima de la lista de los más vendidos.

Cuando escriba el libro sobre mi amor”.

 



 

Y sí, ninguna de las dos, When i write the book y Everyday i write the book, es una canción dedicada a la escritura, a la publicación, a la literatura (¿o sí), son solamente dos canciones de amor. Dos canciones de amor. Dos canciones pop de amor. Nada más y nada menos.

Solamente.

 

Despedida y cierre


Los álbumes Seconds of pleasure y Punch the clock los compré (en vinilo, no había cedés) nada más salir, a mis 17 años y a mis veinte años, en Escridiscos, quizás mi tienda de música favorita, al menos en aquellos años en que la música era nuestra mejor medicina.

Comentarios

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