The Waterboys
La primera vez que escuché a The Waterboys yo estaba haciendo la mili en la valenciana Bétera. Recuerdo entrar en una discoteca y oír el sonido oceánico de la embrujadora The whole of the moon...
I pictured a
rainbow
You held it
in your hands
I had flashes
But you saw
the plan
I wandered
out in the world for years
While you
just stayed in your room
I saw the
crescent
You saw the
whole of the moon
The whole of the moon
Desde
entonces, desde aquel año 1986, Mike
Scott y su grupo me han acompañado casi toda mi vida.
Crujen Waterboys y el mundo empieza a girar, así son las cosas en este ámbito de sirenas, ellos nos traen en cada canción sólo LA MÚSICA, nada más y nada menos que el sonido del espíritu, la fuerza estelar del baile y la vida eléctrica, nos trasladan en instantes de fieltro líquido hasta las cimas sobre las que ya sólo podremos volar y volar y girar y girar y ensombrecerlo todo con nuestra voluntad abastecida de rocas y alambres, de hilos y mañanas en las que pasear oliendo los parques, con nuestra experiencia imantada de la voz de Mike Scott y lavada con el rocío de su banda de la Luna Llena.
Las canciones de los Waterboys llegan una
y otra vez al corazón de la tormenta que me contiene y me estimula para darme
ese tipo de segundos intensos con los cuales redimirme de lo que el mundo se
empeña en lanzarme a la cara sin ningún éxito porque siempre vendrá la música de
los Waterboys a regañarle y decirle que no todas las mareas acaban en
naufragios ni todos los huracanes tienen nombre de mujer.
Las canciones de los Waterboys son
inmensos poemas de esperanza y sueños apesadumbrados pero redimidos en la paz
celeste de mis deseos, son fascinantes regalos venidos de una isla que hizo
saltar por los aires la modorra de la juventud adulta adormecida a los pies del
pasado, son todas las músicas nacidas del corazón de los hombres, del corazón
de las mujeres, para aterrorizar a nuestros miedos y devolverlos a la noche de
los tiempos de donde no deberían haber salido jamás.
El 20 de noviembre del año 2017 (hace nada) fui a verlos por vez primera en directo y asistí con ELLA a un espectáculo maravilloso basado principalmente en el gusto funkoide de su entonces más reciente disco, Out of All This Blue, que si de por sí es una buena grabación repleta de canciones molonas, en directo es pura música del siglo XXI, rítmica, emocionante y poderosa. Disfruté mientras disfrutaba. No puedo pedir más.
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